Esposa Pecadora romance Capítulo 2340

A decir verdad, Naya había estado fingiendo estar enferma todo este tiempo. Su intento de suicidio por sobredosis fue solo un espectáculo que organizó.

Ella estaba de buen humor, y su cuerpo no estaba herido en lo más mínimo.

Mientras su madre salía a comprar comida, ella sostenía cómodamente su celular y leía los insultos que los cibernautas lanzaban contra Madeline.

En ese momento, escuchó de repente el sonido de alguien que empujaba la puerta para abrirla. Pensó que Daniel había venido a verla, así que dejó inmediatamente el celular y actuó como si estuviera débil. Sin embargo, cuando vio que era Ava, se quedó perpleja por un momento. No habló y se limitó a mirarla con ojos sospechosos. Continuó con su aspecto débil.

"Ava, ¿qué haces aquí? ¿Quién te dejó entrar en mi sala? No quiero verte". Naya frunció las cejas con fuerza y miró a Ava con una expresión de disgusto.

"Mamá, ¿dónde estás? ¿Mamá?". Naya llamó a su madre en dirección a la puerta con un tono inusualmente débil.

Ava miró a la pretenciosa Naya y caminó hacia ella mientras encontraba la situación completamente ridícula.

"Naya, aquí no hay nadie más. Deja de pretender".

Al ver que Ava se acercaba, el rostro de Naya mostró incluso un rastro de pánico.

"Ava, por favor, no vengas aquí. Realmente no quiero verte".

Naya hablaba en un tono inusualmente débil, y su expresión se tornó aún más agitada.

"Sé que te gusta mucho Dan, así que no pelearé más contigo, ¿de acuerdo? Mientras lo ames, no discutiré contigo por nada más. Después de esto, le pediré a mi padre y a mi madre que cancelen nuestro matrimonio. Por favor, dame un respiro y deja de pedirle a Eveline que venga a molestarme constantemente. Solo quiero vivir una vida tranquila ahora...".

Mientras hablaba, Naya rompió a llorar.

"¡Levántate! ¡Naya, levántate maldita sea!".

"No, Ava, no me lastimes. Me siento muy incómoda. Por favor, dame un respiro. Te dejaré tener a Dan. Por favor, no me vuelvas a molestar. Solo quiero vivir en paz".

"Naya, eres muy buena actuando. Si quisieras vivir una vida pacífica, no habrías causado tantos problemas. No creas que puedes salirte con la tuya después de encontrar un chivo expiatorio que cargue con la culpa de lo que pasó con mi coche. Escúchame bien. ¡La verdad saldrá a la luz tarde o temprano! ¡Encontraré pruebas para demostrar que tú fuiste la verdadera culpable!".

"No, yo no hice nada de eso... Ava, suéltame, te lo ruego", dijo Naya con una actitud suplicante. Entonces, de repente, giró la cabeza hacia la puerta y gritó débilmente: "Ayuda, ayuda...".

Ava sabía que Naya solo estaba fingiendo, pero esta vez lo hacía parecer muy real.

Al ver que Naya quería liberarse de su agarre, Ava quiso apretar más fuerte. Sin embargo, en ese momento, la puerta de la sala se abrió de golpe.