Esposa Pecadora romance Capítulo 2365

La madre de Naya se acercó inmediatamente y cerró la puerta de la sala. Cuando se volteó a ver a Naya, vio que el rostro de ella había cambiado. En ese momento, sus ojos se veían sombríos y sus dientes estaban apretados por la ira.

"Naya, ¿qué demonios está pasando aquí? ¿Está Ava...?".

"Realmente no esperaba esto". Naya se burló. "Conozco a Daniel desde hace muchos años, ¿acaso no soy tan buena como Ava, que solo la conoce desde hace unos pocos años? Y todavía tiene amnesia, así que ni siquiera recuerda quién es Ava. Y aún así, en tales circunstancias, sigue defendiendo a esa p*rra".

Naya estaba realmente enfadada y se sentía extremadamente agraviada.

La madre de Naya parecía un poco angustiada mientras se quedaba a su lado. Entonces, se apresuró a consolar a Naya. "Naya, no te enfades. Con tus aptitudes, no tienes por qué casarte con Daniel. Hay muchos hijos de familias ricas y nobles entre los que puedes elegir en Glendale".

"Obvio, sé que hay muchos hombres con los que puedo casarme, ¡pero solo quiero casarme con Daniel! Me gusta desde hace muchos años. ¿Por qué no siente nada por mí? Además, los Graham de Glendale son uno de los cuatro gigantes de Glendale. ¿Acaso esas otras familias ricas pueden compararse con ellos?".

Las palabras de Naya estaban llenas de profunda desgana y descontento.

"¡No voy a perder contra esa p*rra Ava!".

La expresión de la Señora Méndez cambió al escuchar eso. "Naya, ¿conseguiste que alguien secuestrara a Ava?".

"Si hubiera hecho eso, ¿por qué me chocaría? Mmm, qué grandioso. Alguien más sufrió esta calamidad por ella una vez más. ¿Por qué esa p*rra tiene tanta suerte?".

"Qué raro. Basado en lo que dijo Daniel, parece que alguien secuestró a Ava". La madre de Naya se volvió más y más curiosa.

A Naya también le pareció extraño, y después de pensar en ello, recordó algo. Inmediatamente le preguntó a su madre.

"¿Dónde está mi celular? ¿Y mi bolso? ¿Los sacaste del coche?".

La madre de Naya pudo descifrar lo que estaba sucediendo después de escuchar lo que dijo su hija. Su expresión empezó a volverse desagradable. "Naya, ¿estás involucrada con el secuestro de Ava?".

"¿Qué tonterías estás diciendo? ¿Qué tengo yo que ver con eso? Yo no le pedí que la secuestrara". Naya se distanció del asunto y se hizo la inocente. Sin embargo, la sonrisa en la comisura de sus labios se hizo más profunda.

La madre de Naya cerró la boca y no dijo nada después de escuchar la explicación de Naya.

En el interior de la fábrica de electrónicos abandonada en los suburbios.

El hombre tomó el celular de Ava, que seguía inconsciente, y la despertó.

"Oye, desbloquea tu celular y llama a tu madre. Dile que traiga diez millones de dólares si quiere salvarte".