Esposa Pecadora romance Capítulo 349

Meredith no podía aceptar este final. Ella también se negaba a creerlo.

No, ¡Jeremy tenía que estar retrocediendo para poder avanzar!

'Jeremy debe fingir que no le importa para que deje de usar las cenizas de Madeline como moneda de cambio'.

Cuando Meredith pensó en esto, descubrió que tenía sentido.

Sin embargo, cuando volvió en sí, Jeremy ya se había alejado.

Meredith no estaba convencida. Había estado tan cerca de convertirse en la Sra. Whitman, pero todavía estaba descalificada. Ella no dejaría pasar esto sin importar lo que pasara.

Apretó los puños con rabia. "¡Vera Quinn, p*rra! ¡Silo espera!".

Eloise salió de la casa justo a tiempo porque estaba preocupada por su hija.

Sin embargo, no esperaba ver a Meredith apretando los puños y diciendo esas atroces palabras.

El corazón de Eloise, preocupado, se desplomó.

Era la primera vez que veía una expresión tan siniestra en el rostro de Meredith. En su mente, Meredith era suave y gentil. Aparte de eso, era cariñosa y sensible. ¿Cómo podía tener una expresión tan siniestra?

Eloise recordó lo que Vera le dijo no hace mucho. 'Meredith Crawford no es tu hija biológica'.

Su corazón empezó a acelerarse. Sin embargo, Eloise rechazó esa idea al cabo de unos segundos.

"De ninguna manera. Es razonable que Meredith esté enojada. Todo es culpa de Vera Quinn. Esa z*rra es tan despreciable".

Eloise encontró en Meredith una excusa razonable y, al mismo tiempo, se tranquilizó.

…

Después de que Jeremy volviera a su casa, la casa estaba vacía.

Entró en el dormitorio y vio una nota en la mesita de noche.

Jeremy alargó la mano para coger la nota y vio la bonita letra que tenía. 'Jeremy, hoy soy feliz. Doy gracias a Dios por haberme permitido conocerte’.

Era una frase tan simple y, sin embargo, era tan amorosa para Jeremy.

Además, estaba firmado con tres palabras. ‘Te echo de menos, Vera’’.

Había un placer desconocido en la mirada oscura de Jeremy.

Madeline estaba a punto de decirle a Felipe su siguiente paso cuando recibió una llamada de Jeremy.

"¿Qué pasa, cariño? ¿Tienes hambre?".

"Um...", Lillian sacudió la cabeza y le entregó un cuaderno. "Esto es para papá y mamá. La profesora me lo ha dado. Todos los de la clase tienen uno".

Madeline lo miró. "Es una actividad para padres e hijos. Se realiza este sábado".

"La profesora ha dicho que los papás y las mamás de todos estarán allí". Lillian miró a Madeline con sus ojos de cristal.

Felipe extendió la mano y acarició la cabeza de Lillian. "Mamá y papá también irán con Lillian".

"¡Sí!" Lillian aplaudió encantada. Se dio la vuelta y besó a Madeline. Luego, extendió sus brazos hacia Felipe. "Papá, abrázame. Yo también quiero besar a papá".

Felipe sonrió cálidamente y tomó a Lillian en sus brazos.

Lillian entonces plantó un beso en la cara de Felipe.

Los ojos de Felipe estaban llenos de amor. Siempre había tratado a la niña en sus brazos como si fuera su hija.

Madeline sintió calor al ver esta escena.

Sin embargo, cada vez que esto ocurría, además de la gratitud y el agradecimiento hacia Felipe, Madeline también se sentía arrepentida.