Después de todo, Meredith era la joven dama de la familia Montgomery y todos la conocían.
Cuando Madeline vio las fotos de Eloise y Sean siendo acosadas por los medios en línea, sintió un dolor sordo en su corazón.
“Papá, mamá…”, ella murmuró. Luego, pensó en Jackson.
"Yo soy como tú. Nunca antes había sentido el amor de una madre...".
Toc, toc, toc.
Tocaron la puerta de cristal de su oficina.
Madeline levantó la cabeza y vio que la gerente de ventas la miraba frenéticamente.
"Adelante". Madeline hizo un gesto. "¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan alterada?”.
La gerente de ventas corrió apresuradamente, su voz sonaba urgente. "Señorita Vera, hay un hombre y una mujer en la tienda. Dicen que exigen una explicación de su parte. E-Ellos siguen diciendo que usted es una destructora de hogares... ¡Si no sale ahora, destruirán la tienda!".
Madeline se levantó tranquilamente. "Que no cunda el pánico, iré a echar un vistazo ahora".
Se puso su saco antes de bajar las escaleras mientras golpeaba el suelo con los tacones.
Desde la distancia, Madeline podía oír la voz familiar de una mujer chillando en la tienda. “¡Vera Quinn, destructora de hogares! ¡Sal ahora!”.
“¡Eres una p*rra descarada! ¡Sedujiste al marido de mi hija e incluso enviaste injustamente a mi hija a la cárcel! ¡Necesito darte una lección hoy! ¿De verdad crees que mi hija se quedará ahí y dejaré que la acoses?”.
"¡Vera Quinn, sal ahora!".
"Estoy aquí".
Madeline entró en la tienda, su figura alta y esbelta de pie a un lado.
El personal, los clientes y también algunos transeúntes que solo querían ver lo que estaba sucediendo, todos miraron hacia la fuente de la voz. Luego, vieron a Madeline acercándose de manera autoritaria con un vestido y un saco blanco.
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