Esposa Pecadora romance Capítulo 406

Sean miró a Madeline, confundido.

"¿Por qué envió a mi esposa al hospital, Srta. Quinn?".

"Porque...".

Madeline estaba a punto de explicarse, cuando unos sollozos sonaron de repente desde el interior de la habitación.

La expresión de Sean cambió y enseguida se dio la vuelta para entrar.

Tomando un profundo respiro, Madeline entró también en la habitación como si no pasara nada.

Efectivamente, Eloise se había despertado y estaba llorando fuertemente.

Sean se acercó a ella preocupado y le preguntó: "¿Qué pasa, Ellie? ¿Qué te tiene tan triste?".

Solo entonces Eloise pareció darse cuenta de la presencia de Sean. Lo miró con los ojos enrojecidos de tanto llorar. Había un dolor irreparable e incurable en su triste mirada.

"¿Por qué el Cielo tiene que castigarnos así, Sean? ¿Por qué...?".

Su voz temblaba mientras las lágrimas caían como perlas de sus ojos y recorrían por sus mejillas.

Confundido, Sean sintió que su corazón se volvía frenético.

"¿Qué estás diciendo, Ellie? No llores. Shh, tranquila. Habla conmigo".

Eloise soltó una risita de autodesprecio, en medio de sus lágrimas, y levantó la vista para encontrarse con la mirada preocupada de Sean, con tez cenicienta. Luego, sacó el collar de oro de su bolsillo.

"He encontrado a nuestra hija, Sean".

"¿Qué? ¡Eso es genial! ¿De verdad la has encontrado?". La expresión de preocupación en el rostro de Sean, cambió rápidamente por emoción. "¿Dónde está ella? Ellie, ¿dónde está nuestra hija?".

Sean preguntó con impaciencia, mientras Eloise cerraba los ojos en señal de agonía.

"Ella murió".

"¿Qué? ¿Murió?". Sean se quedó perplejo.

"Hemos participado en su muerte...". Eloise levantó la mirada con remordimiento. "Madeline Crawford era nuestra hija...".

"Ahora sé por qué Rose dijo que nuestra hija murió, hace tres años. Eso fue cuando Madeline nos dejó, ¿no?".

Eloise comenzó a ahogarse en sus lágrimas, mientras el arrepentimiento la abrumaba.

"Oh, cómo he rezado para encontrar a nuestra hija, durante estos veinte años, solo para regañar, golpear y dañarla, por proteger a una mujer desgraciada. ¿Qué clase de madre fui?".

Eloise levantó las manos temblorosas, frente a ella. Nunca las había odiado tanto como ahora.

Ni siquiera recordaba cuántas bofetadas le habían dado sus manos a Madeline, por el bien de Meredith.

De repente, la expresión de Eloise cambió. Tirando las sábanas, salió corriendo hacia el balcón.

Sean corrió tras ella, asustado, gritando: "¡Ellie! Ellie, ¿qué estás haciendo?".

"¡La muerte dolería menos, Sean! Cuando pienso en todo lo que le hice a nuestra hija, yo... ¿Por qué no morí en su lugar?".

Entonces, Eloise se dio la vuelta para saltar.

Madeline giró hacia un lado y se encontró con Eloise, que ya tenía una pierna a medio camino de la barandilla, y gritó desesperada: "¡No! ¡Mamá, no!".