Resumo do capítulo Capítulo 408 do livro Esposa Pecadora de Sixteenth Child
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 408, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Esposa Pecadora. Com a escrita envolvente de Sixteenth Child, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
Cuando mirabas desde uno de los lados de las ventanas transparentes que se encontraban en la oficina, se veía una gran ribera.
El otro lado permitía, a los que estaban en la oficina, supervisar cada centímetro de la ciudad, desde arriba. Era un gran lugar para una oficina, y desde luego no era un lugar que personas como Tom, Dick o Harry pudieran poseer, aún si lo desear.
A ella una vez le habían quitado el derecho a visitar este lugar.
Ese fue su marido; y aunque a ella nunca le permitió entrar a su oficina, sí dejaba que otra mujer entrara y saliera a su antojo.
Los labios de Madeline se torcieron ante este pensamiento, mientras sacaba en silencio la comida que había comprado.
Jamás volvería a ponerse el delantal y a cocinar para él; la voluntad de entrega que alguna vez tuvo, ya no existía.
Era evidente que Jeremy estaba de muy buen humor, pues comía alegremente, sin preguntar si Madeline había preparado los platos ella misma o no.
Los rayos del sol de la tarde de otoño se esparcían sobre la camisa negra abotonada del hombre, arrojando una suave luz sobre su profunda mirada.
Después de la comida, Madeline incluso fue a cortar algo de fruta para él en la despensa. Luego, volvió a la oficina con un tenedor para darle a Jeremy las frutas cortadas; llevando cada pieza a su boca.
"¿Están dulces?", le preguntó Madeline con una sonrisa.
Jeremy asintió, mientras su profunda mirada observaba los delicados rasgos que tenía delante. Si el tiempo pudiera pasar un poco más despacio, aunque solo fuera un poco...
Sin embargo, Jeremy recibió una llamada, antes de que pudiera terminar de comer las frutas, y se vio obligado a salir por un momento.
Madeline estuvo a punto de aprovechar la oportunidad para revisar la computadora personal de Jeremy y llevar a cabo la siguiente fase de su plan, pero una rápida revisión de su entorno puso fin a sus planes. Había una cámara de vigilancia en la oficina.
Seguramente la descubrirán, si lo hacía en ese momento.
Sin otra opción, comenzó a limpiar el plato de fruta y, naturalmente, la mesa de la oficina de Jeremy.
Empujó deliberadamente el ratón fuera de la mesa, mientras enderezaba su escritorio. Madeline lo recogió y lo reorganizó, mientras intentaba mirar los archivos del ordenador de Jeremy. Por desgracia, el ordenador estaba bloqueado.
Madeline no tuvo más opción que rendirse. Afortunadamente, no se quedó con las manos vacías.
Justo en ese momento, Jeremy regresó, aunque junto a otros dos pares de pasos.
Madeline levantó la vista y vio que Eloise y Sean le seguían.
Sin querer hacerlo, Eloise soltó las manos de Madeline y se sentó.
La secretaria llegó enseguida, con refrescos y dos tazas de té; después se marchó, inmediatamente.
"¿En qué puedo ayudarles con esta repentina visita?", preguntó Jeremy, de inmediato.
Eloise y Sean compartieron una mirada, antes de preguntar finalmente; sus expresiones parecían avergonzadas: "Sr. Whitman, tenemos una petición presuntuosa, si le parece bien".
"¿Cuál es?".
"Nos preguntábamos si aún conserva algo de las pertenencias de Madeline, Sr. Whitman. ¿Tal vez cosas que ella usaba, cuando aún estaba viva?", preguntó Eloise, su voz temblaba mientras sus ojos se enrojecían.
Al darse cuenta del motivo de la petición de Eloise, Madeline supo que debía detenerla.
Sorprendido por la petición, Jeremy dedicó una mirada de reojo a la mujer que tenía al lado, antes de separar los labios para preguntar: "¿Por qué? ¿Hay algo que necesiten de las cosas de Madeline?".
Eloise se secó las lágrimas, que se habían acumulado en la comisura de sus ojos, y tragó saliva. "Creemos que hay grandes posibilidades de que Madeline fuera nuestra hija".
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