Esposa Pecadora romance Capítulo 442

¿Cómo estaría Karen satisfecha con eso? Sin embargo, ella no tenía otra opción, por lo que solo pudo irse mientras echaba humo.

Yvonne infló las mejillas y apretó los dientes con ira. Sin embargo, ella solo pudo seguir a Karen fuera de la sala de reuniones.

“¡Tía Karen, Vera es tan despreciable! Está bien que no me respete, ¡pero ni siquiera quiere respetarla, delante de todos esos jefes de departamento!".

Yvonne se indignó y empezó a incitar a Karen.

"Tía Karen, ya que Jeremy no está cerca, ¡deberías tomar medidas drásticas contra los humos de Vera y darle una lección! Si no, pensará que ella es la jefa".

Karen se burló. "Está bien. Esta noche, le haré saber quién es la verdadera jefa".

Unos momentos después de la reunión, Madeline recibió una llamada de la Mansión Whitman. La persona que llamó, le dijo que el Viejo Maestro Whitman quería que pasara a visitarlo, esa noche.

Si fuera hace seis años, Madeline creería que era el Viejo Maestro quien quería verla. Sin embargo, después de su muerte, ya ella no era tan ingenua.

De cualquier manera, Madeline aún así fue.

Ella agarró su bolso y taconeó, mientras entraba en la sala de estar.

Karen e Yvonne ya habían preparado una trampa para Madeline. Cuando la vieron, Karen mostró una sonrisa falsa en su rostro.

“Mi querida nuera está aquí. Entonces, comencemos a cenar”, dijo ella, de forma extraña. Luego, ella miró los zapatos de Madeline. "Dime, estás embarazada y todavía estás usando tacones altos. ¿Y si te caes, Vera?”.

Yvonne sonrió e intervino, diciendo: “Sí, Vera. ¿Cómo puedes usar tacones tan altos? ¿Qué pasa si te caes y tienes un aborto espontáneo? ¿Querrías dar a luz a este niño, sin complicaciones, verdad? El honor de la madre aumenta, a medida que aumenta la posición de su hijo. Su hijo heredará un negocio tan grande, en el futuro".

"Tú…".

"¿Planeó tantas cosas, para que volviera y hacer que le escuche y le respete?".

"¿No es lo correcto y apropiado que la nuera le sirva a la suegra?", Karen preguntó,con arrogancia.

Madeline sonrió, con desprecio en sus ojos. "Sí, lo es, pero ¿es digna de eso?".

Las comisuras de los labios de Karen se crisparon. “¡Vera, no seas ingrata con el respeto que te estoy dando! Si continúas haciendo esto, ¡no me culpes por no respetarte, frente a los forasteros!".

"¿Respetarme? ¿Desde cuándo me ha respetado, alguna vez, eh?”. Madeline se rio, con sarcasmo. Luego, levantó la mirada con arrogancia. “¿Qué hacía como suegra, cuando Meredith me calumnió por robar el brazalete de alguien? ¡Ni siquiera quiso admitir que yo era su nuera! Le dijo a sus amigos y familiares, con disgusto, que yo era solo una sirvienta de la familia Whitman. ¿Es ese el tipo de respeto que dice haberme dado?”.