Esposa Pecadora romance Capítulo 592

Jeremy golpeó los palillos en la mesa.

Karen se quedó inmediatamente en silencio. Levantó la mirada, sólo para descubrir que, incluso el Viejo Maestro, la miraba con exasperación, como si no estuviera satisfecho.

Madeline, por su parte, se ofreció a limpiar la boca del Viejo Maestro, antes de encontrarse con la mirada de Karen. Dejó escapar una sonrisa y dijo: "Supongo que el dicho de que la personalidad de uno no cambiará, se refiere a gente como tú, ¿verdad?".

"Sabes que soltar semejantes tonterías, hará infeliz a todo el mundo, y aun así lo sueltas. No puedo comprender tus acciones. Me pregunto si eres una tonta o si simplemente tienes un bajo coeficiente intelectual".

La cara de Karen se puso rosa. "Tú...".

"¡Basta! ¡Cómete la comida!". Winston la cortó, en seco, sin dejar que terminara su comentario.

Sin embargo, Karen no estaba dispuesta a ceder. Mirando fijamente la sonrisa de Madeline, sintió que ésta se burlaba de ella.

Enfurecida, Karen recogió su bolso y salió, sin terminar su desayuno.

Afirmó que iba de compras, cuando en realidad fue a un condominio a buscar a Yvonne.

Antes, sólo podía desahogar su frustración con Yvonne, después de haberse enfadado con Madeline. Actualmente, tuvo que tomar un desvío para desahogar todas sus frustraciones.

Al entrar en el condominio, Karen empezó a maldecir a Madeline: "Esa zorra se está volviendo arrogante. ¡Si esto sigue así, pronto Jeremy nunca me mirará como su madre!".

Yvonne puso los ojos en blanco. "Tía, por mucho que maldigas, es inútil. La única manera ahora es cooperar conmigo y robar el borrador del diseño de la joya que Madeline está planeando usar, para la competencia. Esa es la única manera de conseguir nuestra venganza".

Karen frunció el ceño, encontrándolo difícil de creer. "¿Estás segura de que va a funcionar?".

"¿Por qué no? Mientras consiga su diseño y lo presente, antes que ella, todo el mundo pensará que he sido yo quien lo ha creado. Cuando Madeline revele el mismo diseño, todos pensarán que es una imitadora”.

Por el camino, no paraba de chillar, afirmando que no deseaba estar muerta. Sin embargo, nadie se molestó.

Después de media hora, el coche de policía se detuvo. Meredith estaba tan aterrorizada que su rostro se volvió extremadamente pálido. Las piernas le temblaban con fuerza.

Eso era porque sabía, en el fondo de su corazón, que una vez que la puerta se abriera de golpe, indicaría que estaba a punto de embarcarse en su viaje a las puertas del infierno.

¡No se conformó con morir, ante Madeline!

Justo cuando la idea de escapar pasó por su mente, la puerta se abrió de golpe.

Un disparo de rayo entró en el coche, haciendo que Meredith entrecerrara los ojos, con miedo. Una vez que volvió a abrir los ojos, se vio un destello de deleite en sus orbes. "Por fin has aparecido...".