Esposa Pecadora romance Capítulo 617

Madeline se dio la vuelta y salió, dejando a Jeremy aturdido, tras ella. Se sentía irreal.

"¿Qué haces todavía ahí parado?". Winston le aconsejó, diciendo: "Si no quieres que se vaya, entonces no la dejes ir".

Eran palabras conocidas.

Él también había jurado, una vez, no dejarla ir.

Sin embargo, ahora no parecía haber mucho que pudiera hacer, aparte de dejarla ir.

La brisa de principios de verano les acariciaba las mejillas, mientras Jeremy seguía en silencio a Madeline, por la concurrida calle, con los ojos recorriendo su espalda con anhelo.

Madeline dejó de caminar, antes de que él se saciará de su belleza.

Los pasos de Jeremy también se detuvieron. La vio darse la vuelta y observó cómo el sol iluminaba sus suaves rasgos, envolviéndola en una sábana de cálido resplandor.

"¿Qué querías decirme, Linnie?".

"He decidido que no me iré, todavía". El tono de Madeline era cortante, pero sus ojos eran sinceros. "Esperaré a que la situación del abuelo se estabilice, antes de hacerlo".

Jeremy se sorprendió. Debería estar eufórico, pero ¿por qué sentía que su corazón se hundía?

Lo pensó un poco, antes de sonreír generosamente, a pesar del dolor. "No te preocupes, el abuelo se pondrá bien. No dejes que obstaculicemos más tus planes".

Madeline quiso reírse, ante el tono cuidadoso de Jeremy, que caminaba sobre cáscaras de huevo.

Se sorprendió al saber que, incluso el orgulloso e insensible Sr. Whitman, mostraba también esa faceta.

"No estoy haciendo esto por nadie. Solo que no quiero irme con remordimientos", respondió Madeline, con frialdad, a pesar de que el empujón de su corazón le decía que tenía algo que no quería perder.

En cualquier caso, quería quedarse un poco más en Glendale.

***

El estado del Viejo Maestro Whitman, no había mejorado ni empeorado, durante los pocos días que pasó en el hospital.

Por eso, Jeremy llevó al Viejo Maestro de vuelta, para que lo cuidara en la villa un cuidador que había contratado, especialmente, para este caso.

Al ver que traían al Viejo Maestro, Karen quiso saludar y hablar con ellos, pero no se atrevió a entablar una conversación, cara a cara, con Jeremy.

Jeremy aún recordaba cómo Yvonne, su cómplice, había intentado conspirar contra Madeline, en el concurso de joyas, la última vez.

Todavía estaba enfadado, y Karen temía que hablarle ahora no fuera diferente de dispararse en el pie.

Desde aquel día, Winston también había dejado de hablarle.