Esposa Pecadora romance Capítulo 710

Yvonne empezó a cacarear con fuerza como si estuviera poseída cuando vio a Meredith desangrándose de dolor.

Meredith se apretó los dientes y la miró enojada. "¡Eres una psicópata! Tú... ¡Chsss!".

Yvonne la apuñaló de nuevo y una 'X' ensangrentada apareció en el rostro de Meredith. La sangre caliente comenzó a brotar de sus heridas.

Meredith sentía un dolor insoportable. Quería luchar, pero no podía porque estaba atada.

Luego, ella vio a Yvonne sacar un encendedor.

Meredith comenzó a entrar en pánico. Podía sentir que Yvonne despreciaba a Madeline hasta los huesos. Sin embargo, ¡esta loca pensaba que ella era Madeline y estaba descargando todo su odio y resentimiento sobre ella!

"¿Q-qué estás haciendo? ¿Qué intentas hacer, psicópata?".

Los ojos de Yvonne estaban llenos de venganza mientras caminaba hacia el coche con el encendedor. Lillian llamaba a gritos a su mamá por la ventana.

"¡Madeline, quiero que veas a tu hija del demonio morir delante de tus ojos!".

Ella estaba tratando de tomar acciones contra la niña, por lo que Meredith dejó escapar un suspiro de alivio. Luego, dijo con indiferencia: "Solo hazlo. Ya te dije que no soy Madeline, así que aunque aplastes a esa mocosa hasta convertirla en polvo, ¡no me importará un carajo! ¡Chsss!".

Ella se esforzó demasiado al hablar, por lo que la herida de su cara se abrió, y sus dientes castañeteaban por el dolor.

Yvonne se dio la vuelta y la abofeteó de nuevo después de escuchar eso. "P*rra, sabía que ibas a decir eso. Ya me han engañado dos veces, ¡y no me dejaré engañar otra vez!".

"...".

Meredith estaba aturdida por todos los golpes, entonces escuchó a Yvonne decir: "Siempre te haces la indiferente para hacerme bajar la guardia. Madeline, ¿crees que me voy a dejar engañar otra vez más?".

La voz apagada de Lillian llegó desde el interior del coche.

Madeline sintió un dolor sordo en su corazón mientras miraba el coche en llamas. "¡Lily!".

Ella perdió toda la razón mientras corría hacia ella. Sin embargo, Jeremy la detuvo.

Los ojos de Madeline estaban enrojecidos por las lágrimas. Ella lo miró con rabia y trató de alejarse de su agarre. "Jeremy, ¿qué estás haciendo? ¡Suéltame! ¡Voy a salvar a mi hija!".

"¡Ella también es mi hija!". El aura dominante del hombre la envolvió, pero sus ojos seguían siendo amables. "Linnie, confía en mí. ¡Definitivamente te traeré a nuestra hija sana y salva! Espérame y no te arriesgues".

Después de terminar de decir eso solemnemente, él soltó su mano. Como una espada sacada de su vaina, él corrió hacia el coche en llamas.