Esposa Pecadora romance Capítulo 771

Justo cuando Jeremy subió las escaleras y entró en el dormitorio, oyó vagamente la voz de Madeline pidiendo ayuda.

Sintió que los latidos de su corazón se aceleraban de repente, mientras corría escaleras abajo, antes de poder pensar en ello.

Corrió hacia las puertas y solo vio a Madeline entrando en el coche.

"¿Qué ha pasado?", Jeremy se acercó y preguntó.

"No, está bien", respondió la mujer desde el interior del coche. "Pensé que había un ratón, hace un momento, así que me sorprendí. Bueno, Jeremy, iré a casa primero".

Con eso, el coche se alejó, hasta que ya no estaba en el rango de visión de Jeremy.

Jeremy sintió que algo estaba mal, pero no podía saber qué era lo que pasaba.

Cuando se dio la vuelta para entrar a la casa, bajó la mirada y se encontró con un solo botón en el suelo, junto a la puerta.

Lo recogió y lo miró de cerca. Este botón dorado y glaseado, era uno de los botones del abrigo que Madeline llevaba ese día. ¿Cómo se había desprendido?

***

Meredith conducía el coche de Madeline. Levantó sus ojos para mirar severamente por el espejo retrovisor.

Madeline, que estaba inconsciente, se encontraba inmóvil en el asiento del compartimento trasero, en ese momento.

Meredith respiró aliviada. Afortunadamente, el efecto del cloroformo todavía era considerable.

Aunque Madeline había luchado, no pudo resistir la droga.

Meredith no quería más accidentes. Sabía que los malos tenían tendencia a monologar demasiado, así que tenía que hacer las cosas con decisión. Así, aprovechando que Jeremy estaba en estado de hipnosis y que Felipe no estaba en Glendale, tuvo que hacer un gran esfuerzo para enfrentarse a Madeline.

***

En las afueras, durante el invernal duodécimo mes lunar, crujió el viento frío.

Meredith detuvo el coche. Al notar que Madeline parecía estar despertando, se apresuró a salir del coche y arrastró a la confundida Madeline.

Meredith no había muerto de un disparo, y el único que podría haberla salvado era Felipe.

Felipe...

Madeline se rio, sarcásticamente.

"Meredith, ¿realmente crees que, si yo muriera, Jeremy se enamoraría de ti? Aunque tengas una cara exactamente igual a la mía, ¡no sentirá nada por ti!".

"¡Cállate!". Aquello era claramente un punto sensible para Meredith. Extendió la mano y apretó el delgado cuello de Madeline. "Tienes razón, no sentirá nada por mí. Durante todos esos años, pensó que yo era la niña a la que le había hecho una promesa en aquel entonces y solo me mimó superficialmente cuando, de hecho, ¡no me tocó ni una sola vez! Pero ¿y qué?".

La sonrisa de Meredith se volvió repentinamente siniestra y horrenda.

"Mientras crea que soy tú, será suficiente".

Madeline frunció ligeramente el ceño. "¿Qué vas a hacer?".