Esposa Pecadora romance Capítulo 803

Era Jeremy.

Ella no podría haber confundido el sonido de sus pasos.

Madeline se apresuró a arreglar su estado. Se acarició suavemente el vientre y fingió estar junto a la barandilla, para tomar un poco de aire.

Escuchó a Jeremy acercándose a ella, paso a paso. Los latidos de su corazón, acompañados por el paso de él, se volvieron más y más desordenados.

"Parece que realmente está viviendo una vida mejor, después de dejar a un cabrón como yo, Sra. Whitman".

Sus palabras sarcásticas sonaron por detrás, haciendo que Madeline se angustiara.

Jeremy caminó hacia su espalda. La luz de la luna brillaba sobre la piel blanca y fría de ella. Su vestido se mecía con la brisa del atardecer mientras su hermosa figura trasera se reflejaba en los ojos de él.

Madeline se escondió tras una máscara elegante, antes de darse la vuelta para encontrarse con sus profundos ojos mientras él soltaba una risita.

"Podría decir lo mismo de usted, Sr. Whitman. También parece que tiene usted una buena vida. Ha encontrado un nuevo amor, tan rápido".

"No se puede evitar. Después de que la Sra. Whitman me llevara al País F, aquel día, me entristeció mucho. Cuando regresé, encontré un nuevo amor para curar mi angustia. Resulta que este método es realmente útil".

"Eso es genial. Mis bendiciones para ti y tu nuevo amor".

Madeline dio una bendición casual, antes de irse.

Jeremy se quedó en silencio en el lugar y vio pasar a Madeline. La leve fragancia que ella llevaba, le penetró en la nariz.

De repente, él extendió la mano y sostuvo la muñeca de Madeline. "¿Tanto así que no quieres verme?".

Él bajó repentinamente su voz, que llevaba un encanto hechizante.

Madeline detuvo sus pasos abruptamente. Este solo toque hizo que un sinfín de agravios surgieran en el corazón de ella. Ella fingió estar impasible y dijo con desdén: "¿Por qué iba a querer verte?".

Como era de esperar, aunque Felipe se hubiera alejado, siempre habría gente que estaba encargada de vigilar todos los movimientos de ella.

Si ella hubiera sido bondadosa con Jeremy, hace un momento, entonces Lillian estaría en peligro.

De repente, Madeline sintió que toda la situación era ridícula. ¿Debería estar agradecida por su crueldad hacia Jeremy?

Después de que Madeline se fue, Jeremy se quedó solo en la terraza.

La brisa de la tarde le rozaba las mejillas. Él no pudo quitarse la frialdad del entrecejo.

Él jugó con el anillo de bodas en su dedo anular y se rio burlonamente de sí mismo.

Después de que Madeline regresara al salón de banquetes, Felipe vino a buscarla, diciéndole que la subasta comenzaría pronto.

Madeline no estaba interesada en eso. Después de todo, ella era solo una herramienta.