Esposa Pecadora romance Capítulo 964

"No, Maddie, no es tu culpa. No te culpes. Si el Sr. y la Sra. Montgomery estuvieran aquí, no querrían que te culparas también".

Las palabras reconfortantes de Ava hicieron que Madeline llorara aún más.

Se escapó de los brazos de Ava y se levantó de la cama rápidamente.

"Maddie, ¿a dónde vas?".

"Papá, mamá... Tengo que ver a mi mamá y a mi papá". Madeline salió corriendo de la habitación, y les preguntaba a todos los que veía en el largo pasillo: "¿Han visto a mi madre y a mi padre?".

Ava la siguió. Al ver a Madeline de esa forma, su visión se nubló al instante por sus lágrimas.

"¡Maddie!".

Se acercó a ella y la agarró del brazo, mientras su corazón se rompía en pedazos.

"Maddie, no hagas esto".

Sin embargo, Madeline la ignoró y siguió caminando hacia adelante. Cada vez que veía a alguien, le preguntaba por Eloise y Sean.

Cuando Daniel se enteró de lo ocurrido en la casa de Madeline, se apresuró a ir rápidamente. Cuando salió del ascensor, vio a Madeline caminando con lágrimas en su pálido rostro.

Parecía extremadamente demacrada, como si estuviera delirando.

Daniel se quedó congelado al ver a Madeline en ese estado. "¿Maddie?".

Cuando la llamó, Madeline lo miró. Al ver a Daniel, se acercó rápidamente. "Dan, ¿sabes dónde están mi madre y mi padre?".

Daniel negó con la cabeza.

"Maddie, ¿estás bien?".

En el momento en que Ava salió, Jeremy apareció en la puerta de la morgue.

La puerta estaba ligeramente entreabierta y, a través de la abertura, pudo ver a Madeline cayendo de rodillas, frente a las dos camas, con un fuerte golpe.

"Si pudiéramos volver a hacer esto, preferiría que no nos hubiéramos encontrado. Preferiría que hubieran seguido tratando a Meredith como su hija biológica".

"No los culpo. Dejé de culparlos hace mucho tiempo. Durante esos veinte años, soñaba con tener un padre y una madre que me quisieran y cuidaran. Finalmente, los encontré, pero nunca esperé que los perdería tan pronto...".

"Pensé que conocer a un hombre al que quería, después de perder el amor de mis padres, sería lo más afortunado y feliz de mi vida. Sin embargo, esto demostró que conocerlo y amarlo fueron las mayores tragedias de mi vida".

"Me equivoqué, mamá y papá. Eveline se equivocó...".

Después de decir eso, Madeline oyó unos pasos familiares detrás de ella. Entonces, la voz profunda y enigmática de un hombre, entró en sus oídos.

"En efecto, te equivocaste. Te equivocaste al golpear a alguien que no debías".