Esposa Pecadora romance Capítulo 986

Karen suspiró. "Está en el salón. Creo que ahora está dando de comer al bebé".

Jeremy se dio la vuelta rápidamente tras recibir su respuesta y corrió hacia el salón.

Cuando vio un cartel de lactancia en la puerta, se acercó a ella y levantó la mano.

Quiso llamar a la puerta, pero dudó.

Al cabo de un rato, finalmente llamó a la puerta.

En ese momento, la voz de Madeline llegó desde el interior. "Mamá, ¿eres tú? Puedes pasar".

Jeremy sabía que Madeline lo estaba confundiendo con Karen, pero decidió seguirle la corriente y entró.

Madeline no estaba amamantando, sino que estaba de espaldas a él mientras se acuclillaba junto al sofá. Parecía que estaba cambiando al bebé.

"Mamá, ¿puedes traerme las toallitas húmedas? Están en mi bolso".

Madeline no vio quién había entrado. Su atención estaba puesta en el niño que acababa de ensuciar su pañal.

Cuando Jeremy se acercó a ella y le entregó las toallitas húmedas, ella por fin intuyó que algo andaba mal.

Miró al hombre que tenía delante y su amable mirada se volvió inmediatamente severa.

Tiró las toallitas húmedas al suelo y sacó una nueva para limpiar a su bebé.

A Jeremy se le rompió el corazón cuando la vio tan disgustada.

Madeline le ignoró. Después de cambiar al bebé y ponerle la ropa, se dio la vuelta para irse.

Sin embargo, cuando se levantó, Jeremy la sujetó por detrás.

"Linnie".

La soltó y miró la cara llena de tristeza de ella. Luego le tomó la mano y se arrodilló.

"Linnie, me rendiré y me entregaré a la policía. Déjame usar mi vida para arrepentirme de esto".

"¿Arrepentirte? ¿Cómo? ¿Puedes hacer que mis padres vuelvan a la vida haciendo esto?", gritó Madeline emotivamente: "¿Cómo pudiste hacer cosas tan inhumanas? Aunque perdiste tus recuerdos y te olvidaste de mí, ¿cómo pudiste hacer lo que Lana te dijo que hicieras?".

Madeline lo reprendió, y él no tenía explicación para eso.

Había estado trabajando para Lana en esos tres últimos meses.

A veces no recordaba lo que hacía. Cuando Lana se lo contaba, recordaba vagamente lo que había hecho.

Mirando al hombre arrepentido, Madeline respiró hondo y le apartó la mano.

"Firma los papeles cuanto antes. No quiero pasar ni un día más contigo. Vuelve con Lana y protégela. ¡Ahora ella es tu mujer!".