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Ex esposa, "Vamos a casarnos" romance Capítulo 154

Sylvia también los miró.

En los ojos de Emmanuel había un rastro de culpabilidad.

La expresión de Dona también cambió, pero forzó una sonrisa y le dijo a Sylvia: "Sylvia, no esperaba que fueras Sunflower. ¿Por qué no nos lo contaste antes?".

Sylvia no quiso hablar con ella en absoluto y se limitó a ignorarla.

Sin embargo, Simon, quien no tenía tacto, preguntó con curiosidad: "Sylvia, ¿quiénes son? ¿Son de tu familia?".

Sylvia respondió tajante: "No. No los conozco".

La sonrisa de Dona se congeló al instante.

La expresión de Emmanuel también se volvió de molestia al ver lo increíblemente fría que era Sylvia. Además, había oído a la gente que tenía detrás mencionar el estatus de Sunflower en el mundo del arte actual. Todas las personas que le rodeaban eran figuras prominentes, por lo que no podía hacer el ridículo. Así pues, se tragó el "z*rra" que estuvo a punto de salir de sus labios.

Sonia murmuró en voz baja: "¿Y qué si sabe dibujar un poco?".

Su voz era tan suave que parecía el vuelo de un mosquito.

Sylvia tampoco la oyó con claridad y no se molestó en discutir con ella.

Simon también sintió que algo andaba mal. Después de sentarse junto a Sylvia, cambió rápidamente de tema.

En ese momento, además de las expresiones desagradables de Emmanuel, Dona y Sonia, Bruce y Catherine, que estaban sentados en diagonal detrás de Sylvia, también pusieron cara de vergüenza.

Además de asombro, también sintieron vergüenza. Nunca imaginaron que Sylvia fuera Sunflower. Se suponía que era una mujer desvergonzada que deseaba ser la joven señora de la familia Ledger.

Sin embargo, cada uno de los cuadros de Sunflower tenía un impacto visual muy fuerte. Había algunos que eran duros e inflexibles, y otros que eran brillantes y esperanzadores.

Cualquiera que hubiera visto esos cuadros pensaría que Sunflower era un hombre fuerte y de gran corazón.

Tristán miró hacia donde estaba sentada Sylvia y contestó con poca emoción: "Llevo aquí un rato".

Bruce y Catherine se miraron, fruncieron los labios y no dijeron nada. En aquel momento, no estaban de humor para interrogar a Tristán por haber huído de casa.

Tristán no pudo evitar decir: "Les he dicho muchas veces que mis sentimientos por ella no son correspondidos. ¿Me creen ahora?".

Bruce y Catherine guardaron silencio.

Hacía dos noches, Tristán había volado de vuelta a la ciudad de Westchester por culpa de Sylvia, y sus padres habían enviado a gente a ponerlo bajo arresto domiciliario en cuanto bajó del avión.

También le habían confiscado el teléfono y le habían impedido llamar a Sylvia.

En aquel momento, Tristán les había explicado que ni Sylvia le había seducido ni quería casarse con él. Simplemente él sentía algo por ella que no correspondía.

Sin embargo, ellos solo pensaron que Sylvia le había lavado el cerebro con sus poderosas tácticas y no le habían creído.

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