Ex esposa, "Vamos a casarnos" romance Capítulo 155

Todo el mundo en la ciudad de Westchester sabía lo mucho que la familia Ledger amaba el arte. Si Sylvia realmente quisiera ser la joven señora de la familia Ledger, todo lo que tenía que hacer era revelar su identidad como Sunflower.

Ella era Sunflower. Si los demás supieran que era la nuera de la familia Ledger, sin duda sería un gran honor.

Por lo tanto, no había necesidad de utilizar métodos turbios para conseguir que estuvieran de acuerdo en estar con Tristán.

Era su estrechez de miras lo que les había hecho pensar mal de ella.

Incluso habían intentando tenderle una trampa a Sylvia y Michael. Es más, también se habían aliado con sus padres para reprimirla y que no pudiera encontrar un trabajo de talladora de madera...

Cuando recordaron tales cosas, al instante se sintieron avergonzados.

...

La ceremonia de entrega de premios terminó enseguida.

Más tarde habría una recepción. Los premiados, los organizadores y todos los invitados, como Simon y Sylvia, estaban en la lista de invitados.

Sylvia declinó la invitación. Tras despedirse de Simon y Jackson, llamó a Sherry, que había estado sentada al otro lado del público.

Sherry se acercó a ella entusiasmada y le dijo: "Sylvia, no sabía que fueras maestra pintora. ¿Cómo lo has ocultado tan bien? Ni siquiera me lo habías dicho".

Sylvia le devolvió la sonrisa. "Quise decírtelo antes, pero no pude localizarte".

Sherry pensó en algo y se calló tímidamente. Sin embargo, pronto volvió a sonreír. "Hoy ha sido un gran día. Probablemente no lo viste, pero la expresión de Tara fue horrible cuando saliste al escenario. Estaba tan sorprendida que se cayó, ja, ja, ja...".

Cuanto más lo pensaba Sherry, más gracioso le parecía. No podía parar de reír.

En ese momento, casualmente empujó a Sylvia a los asientos de Odell y Tara.

Ellos dos aún no se habían levantado.

Bruce suspiró y dijo directamente: "No hace falta que nos lo expliques más, Sylvia. Te hemos malinterpretado. La culpa fue nuestra. Ya llamé a Michael antes. Él ya debería haberle dicho a su gente que te devolviera a la tía Tonya".

Sylvia no esperaba que lo entendieran tan rápido.

Probablemente Tristán también se lo había explicado.

Su mirada se suavizó y le dijo a Sherry: "De acuerdo, vamos".

Sherry empujó inmediatamente la silla de ruedas.

"¡Sylvia!", la llamó Tristán de repente.

Sylvia se volteó y lo miró con frialdad. "Tristán, no hace falta que me expliques nada. Sé que quieres ayudarme y te agradezco que hayas vuelto corriendo del extranjero, pero en el futuro no debes acercarte más a mí. Tampoco vuelvas a ponerte en contacto conmigo en el futuro para así evitar malentendidos innecesarios con los demás".

Cuando Sylvia terminó de hablar, Sherry empujó rápidamente la silla de ruedas lejos del lugar. No le dieron a Tristán la oportunidad de decir nada más.