Leonardo parecía una estatua, ni siquiera parpadeaba, solo tenia su boca ligeramente abierta sin decir ninguna palabra.
-¿que cosa? -pregunto en susurro.
-estoy embarazada. -dije sonriente.
Leonardo pareció reaccionar y sonrió ampliamente, en sus ojos podía ver la emoción que yo también sentía. ¡un bebé! Un producto de nuestro amor.
-¡seré padre! -grito Leonardo cargandonme en brazos.
-y yo seré madre. -dije emocionada.
-me haz hecho el hombre más feliz del mundo, gracias cariño. -murmuró en mi oído.
-estoy muy feliz, Te amo Leonardo. -dije mirándolo fijamente con una sonrisa.
Me estrecho en sus brazos diciéndome al oído que era todo para el. Que ahora en adelante me cuidaria más de mi y de nuestro bebé.
-¡espera aquí! Hare una llamada. -dijo Leonardo emocionado saliendo de la habitación.
Solté una pequeña risa pensando en que sería buena idea decírselo a Nina y los chicos ¡no resistiría una semana! Tome el teléfono y marque su numero mientras jugaba con un mechón de mi cabello nerviosa.
-¿hola? -dijo Nina soltando un bostezo.
-¿estas haciendo turismo desde la cama? -dije en tono burlón.
-callate, estoy cansada además los chicos solo pasan de un lugar a otro. -dijo Nina enfadada.
-a eso se le Llama hacer turismo. -dije provocándola.
-si claro, visitar todos los pub's del país es turismo. -dijo divertida.
-bueno al grano ¡a que no adivinas! ¡estoy embarazada! -dije gritando con emoción.
Nina también soltó un grito dejándome casi sorda, aparte un poco el teléfono esperando a que Nina cesará sus gritos.
-¡no puedo creerlo! ¡seré tía! -dijo entusiasmada.
-¡bien, bien! Ya no puedo esperar. -dijo entre risas.
-lose, ni yo. -dije sonriente mientras tocaba mi vientre aun plano.
-bueno tengo que irme, ¡iré a decirle a los chicos! -dijo con emoción.
-bien, adiós ¡saluda a los chicos de mi parte! -dije cortando la llamada.
-llegamos amor. -dijo Leonardo sacandome de mis pensamientos.
Bajo del auto y me abrió la puerta como todo un caballero, tomo mi mano y beso mis nudillos de forma dulce.
Entramos a una oficina donde había un doctor esperando a alguien.
-Leonardo, gusto en verte. -dijo el doctor en tono cortes.
-Frank, esta es mi futura esposa, Natale Gabrielli. -dijo mirándome con ternura.
-mucho gusto Natale, siéntate te haré unas pruebas. -dijo señalando los asientos.
Asentí y ahí empezó las pruebas, preguntas sobre mi estado de salud.
-¡efectivamente esta embarazada! Tiene 3 semanas, es muy pronto para verlo por ultrasonido así que programaremos una cita en unas semanas. ¡felicidades! -dijo sonriendo de forma cortes.
Leonardo y yo nos abrazamos sonrientes, felices de esta noticia.
-soy el padre más feliz del mundo, gracias preciosa. -susurro Leonardo en mi oído.
Fue un momento especial, un momento único ¡nada se comprará con este momento!

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Extinción de mates