Felicidad efímera romance Capítulo 59

Bajo circunstancias normales, ellos tendrían que esperar otra media hora.

—Tu contraseña.

La profunda voz sonó en los oídos de ella. Estaba segura de que Jonathan estaba muy cerca porque un inconfundible olor a sándalo invadía sus sentidos. La sensación de seguridad le recordó ese pequeño niño de su niñez.

—Uno, dos, uno, cuatro —le respondió.

Él logró desbloquear el teléfono y encontró, encontró el número de José y le marcó. Muy pronto, este último llevó un equipo de rescate y en alrededor de diez minutos, las puertas del ascensor se abrieron.

Ivonne sintió que sus rodillas se debilitaban. Algo como esto había sucedido en incontables ocasiones cuando ella era pequeña. Cuando el ascensor se desplomaba, siempre sentía que estaba a punto de morir al siguiente segundo.

Jonathan miró su complexión pálida y estiró su mano. Ella pudo sentir que alguien estaba enfrente de ella y, como si hubiera sido embrujada, estiró su mano para sujetar la de él, pues no quería dejarlo ir.

Mientras veía la espalda de Jonathan, Ximena enloqueció de celos al pensar en los susurros afectuosos entre los otros dos. Ellos la ignoraron por completo. Incluso en este momento, él ni siquiera le lanzó una simple mirada. De pronto, ella se desmayó.

—¡La Señorita Ximena se desmayó!

Jonathan se dio la vuelta y vio a Ximena inconsciente en el piso del ascensor, soltó la mano de Ivonne y sacó a la primera. José miró como la figura de Jonathan retrocedía, antes de fijar su atención hacia Ivonne, quien permanecía de pie con su rostro pálido.

—¿Se encuentra bien Señorita Landeros? ¿Le gustaría que la lleve al hospital?

—Estoy bien.

Después de descansar un poco, ella se las arregló para recuperar sus sentidos. Era claustrofóbica; era una condición que tenía desde niña. Sintiéndose un poco incómoda del estómago, Ivonne se fue al baño y se lavó la cara. Solo entonces, se sintió mucho mejor.

Ximena no regresó, aunque había terminado la jornada laboral. Susana se acercó y se inclinó hacia Ivonne y le preguntó:

—Ivonne, ¿de verdad te sientes bien? Todavía te ves muy pálida.

—Hace rato que estoy bien. No te preocupes.

Capítulo 59 Puedo mantenerme yo misma 1

Capítulo 59 Puedo mantenerme yo misma 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Felicidad efímera