La abuela Su quedó atónita de inmediato. ¡Fue muy vergonzoso! Su Qin nunca pensó que una niña tan extraordinaria como Lin Yuzhen tuviera que encontrar un marido con quien casarse para que formara parte de su familia. ¿Y este esposo era un vagabundo y un loco? ¿En qué estaban pensando Lin Wen y Su Mei? Incluso si no tuvieran dinero para la dote de su hija, no deberían hacer las cosas de tal modo.
-Su Qin, ¿pensé que el hijo de tu colega estaba buscando una pareja? ¿Por qué no le presentas a Yuzhen? En verdad que Su Mei está fuera de lugar, así como sus hermanas mayores. ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!
-Claro, hablaré con Su Mei más tarde.
Justo cuando estaban hablando, se escuchó el sonido de un claxon desde afuera.
-¡Oh, ese debe ser mi querido hijo! -Su Hong exclamó con entusiasmo-. Últimamente ha estado sacando el coche familiar para dar la vuelta. ¡El coche le facilitó
encontrar pareja!
Luego dejó a su madre donde estaba y salió corriendo de la habitación.
-Mamá, salgamos también.
Su Qin ayudó a la anciana a salir. Sabía que el coche de Su Hong les había costado más de doscientos mil dólares y era muy valioso para la familia.
-No es nada elegante, sólo costó un poco más de doscientos mil dólares. —Su Hong caminaba y sonreía al mismo tiempo—. Lo platicaré con Xu Ming y una vez que tengamos un nieto, ¡le compraremos un auto aún más caro!
Caminó hasta el frente de su casa y descubrió que el automóvil estacionado no era el de la familia. Vio el logo azul y blanco del coche. Nunca lo había visto antes.
-Tía.
La puerta del auto se abrió y Lin Yuzhen salió. Cuando vio a la abuela Su caminando hacia ellos, gritó: -¡Abuela, feliz cumpleaños!
De repente se tornó muy silencioso. La atención de todos no estaba en Lin Yuzhen, sino en el coche. En ese logo azul y blanco en particular. Su Gang se acercó y echó un vistazo al auto.
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