—¿Puedes hacerte a un lado? —Su Yun frunció el ceño—. Eres muy maleducado.
—Ja, ja, ja. ¿Maleducado? —Uno de los vándalos rio en voz alta—. Permíteme ser todavía más maleducado. —Rio de manera maliciosa y continuó hablando en un tono de voz lascivo—. ¿Puedo invitarte a dormir conmigo? Ja, ja, ja.
—¡Piérdanse! —El rostro de Su Yun estaba rojo del enojo—. ¡Sin vergüenzas!
—¿A quién demonios crees que le estás gritando? —El pandillero se molestó al instante—. ¿Cómo te atreves a gritarme? Te daré una oportunidad, sal a tomar un trago conmigo o de lo contrario…
—O de lo contrario, ¿qué? —El hermano Gou entrecerró los ojos y se acercó con las bebidas en la mano, no les dio mucha importancia a esos pandilleros de tercera. Incluso antes de que tomara el entrenamiento de Jiang Ning podría haber peleado con diez como ellos por si solo en Donghai.
—Vaya, alguien llegó. —Los pandilleros caminaron hacia él—. Esta perra me ofendió, ¿y qué? ¿Acaso vas a defenderla?
El hermano Gou rio, abrió una botella de agua y se la pasó a Su Yun.
—Toma un poco de agua, está un poco tibia, solo debemos esperar un poco más.
Jiang Ning ya estaba de camino.
—Maldita sea, ¿estas cansado de vivir? ¡Te hablo a ti!
El líder de los pandilleros se subió las mangas y se puso en posición de pelea. Su Yun retrocedió obediente, el hermano Gou por fin volteó a mirarlos. No era necesario que Jiang Ning se encargara de ellos.
—¡Tú lo pediste!
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