De hecho, esto no era solamente monopolizar el mercado sino que era obvio que estaban chantajeándola de manera deliberada.
-Señorita Lin, es la única manera de que podamos traer los materiales. Hicieron un bloqueo y no permiten que pasen los materiales de los proveedores. Si necesitamos materiales, tenemos que comprárselos a ellos. —La frustración estaba impresa a lo largo de la cara del señor Xu, quien estaba a cargo—. Pero sus materiales cuestan cinco veces lo que cuestan en el mercado.
Era imposible comprarlos porque el precio excedía lo que tenían en su presupuesto y la oficina nunca aprobaría la compra. Tenían que construir la fábrica con urgencia porque el proyecto ya había comenzado. Si no lo lograban, se enfrentarían con grandes pérdidas. Nadie podía asumir esa responsabilidad.
-¿Quiénes son estas personas? -preguntó Lin Yuzhen.
-Quién sabe, sólo se aparecieron de la nada. —No había nada que el señor Xu pudiera hacer. Había ¡do a dialogar con ellos pero casi lo golpearon. —Llamé a la policía y en cuanto vino ellos huyeron. Pero cuando se fue la policía, volvieron y siguieron bloqueando el camino, así que no sé qué hacer.
No podía seguir haciendo que viniera la policía. Lin Yuzhen estaba furiosa. Obviamente, esta gente había venido para causar problemas. Apenas habían ahuyentado a un grupo hace unos días y ya había otro. Parecía que mucha gente tenía los ojos puestos en este proyecto.
Lin Yuzhen ni siquiera sabía quién podía estarían empecinado en arruinarlo. Se sentó en la oficina con varios encargados de proyecto para pensar una solución. Mientras tanto, Jiang Ning, que había estado parado en la puerta todo el tiempo, se subió al auto y se fue. Sólo había un camino que llevaba de la ciudad al lugar donde estaba la fábrica. No era muy amplio, pero era el único.
Todos los materiales que necesitaba la fábrica tenían que pasar por ese camino para llegar. Sin embargo, ahora había un enorme letrero a mitad del camino: «Camino bloqueado. Conduzca con precaución». No les importaban los autos normales, pero si era un vehículo que llevaba materiales de construcción, le decían de inmediato al conductor que se diera la vuelta y se largara.
-Jefe, creo que nunca se va a construir esta fábrica del Grupo Lin, ni aunque les dieran varias décadas. Ja, ja, ya no pueden conseguir acero ni cemento ni madera. ¿Qué usarán para construir?
-Bueno, no es imposible. Sólo tienen que comprárnoslos a nosotros. Apenas cuesta cinco o seis veces más, y su compañía es asquerosamente rica de todos modos.
Estaban sentados en una tiendita de campaña junto al camino. Se aseguraron de que no pasara ningún vehículo que llevara materiales para el Grupo Lin.
-Escuché que Laosi sigue en coma.
-Pobre tipo inútil, lo traje para que arreglara esto pero terminó en ese estado. El jefe estaba muy molesto cuando se enteró de lo que pasó.
-¿Pero quién era ese tipo? Se atrevió a golpear a nuestros hermanos. ¡Debe estar cansado de vivir!
Mientras hablaban, vieron un auto que se acercaba a gran velocidad. Desde lejos podían ver que era un BMW blanco, pero por alguna razón tenía el frente destrozado.
—Dile que se detenga, pregúntale quién es —ordenó el líder del grupo en voz baja.
Los demás salieron en ese momento y levantaron la mano para indicarle a Jiang Ning que bajara la velocidad y se detuviera. Pero...
¡Brum, brum, brum!
El motor rugió aún más fuerte. No se frenó, sino que aceleró. Todos se pusieron pálidos.
-¡Alto! ¡ALTO!
Se pararon frente al bloqueo. Nunca había visto a alguien tan loco como para chocarlos directamente.
Pero la persona que venía no era cualquiera. ¡Era Jiang
Ning!
¡PUM!
El BMW se estrelló de frente contra la barrera, espantándolos a todos. La barrera que tenían estaba ahora hecha pedazos.
-¡Carajo! ¡Este tipo está loco!
—¡Está demente!
—¡Esto es un intento de homicidio!
Todos quedaron tumbados en el suelo, sintiendo que el corazón se les saldría por la boca. Si no hubieran reaccionado rápido, estarían muertos. El auto se paró no muy lejos de ellos y Jiang Ning se acercaba lentamente. Estaban que no cabían de la ira. ¿Este tipo se atrevía a detenerse y bajarse? Si no le daban una paliza hoy, se cambiarían el nombre para siempre.
-¡Ven aquí, maldito!
-¡Carajo, cómo te atreves! Voy a matarte.
-Mierda, más te vale que te arrodilles y nos compenses por esto.
Gritaban con furia mientras caminaban hacia Jiang Ning. Uno de ellos se estiró para agarrar a Jiang Ning de la ropa, pero con un golpe seco el hombre sintió su pecho temblar con violencia y se oyó un chasquido. Ni siquiera vio cuando Jiang Ning lo atacó. Se le había quebrado un hueso.
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