El yate cruzaba las aguas a gran velocidad. Ye Xinhuo iba en el frente mientras las olas se partían a sus lados. Era como sí cabalgara las olas. Deslumbró a todos en la isla.
¿Era... era humano? Presenciarlo era algo terrible. Portaba una larga túnica de color turquesa que ondeaba intensamente contra el viento. Sus marcados rasgos eran fríos y estaba listo para darle muerte.
Antes de que el yate atracara, Ye Xinhuo desembarco con tal fuerza que el frente del bote se hundió en el agua. Saltó por los aires y aterrizó en la costa.
Uno podía percibir que Ye Xinhuo era formidable con sólo ver ese movimiento.
Después de todo, era un artista marcial famoso y de gran reputación en el norte.
—¡Ye Xinhuo está aquí!
—Un guerrero talentoso, un guerrero verdaderamente talentoso.
—Simplemente fantástico. ¡Qué entrada tan magnífica!
Ye Xinhuo caminó y todos se abrieron paso, como si no se atrevieran a estar muy cerca de él.
¿Quién osaba enfrentarse a este gran maestro del combate?
Su cabeza iba un tanto alzada, no tenía interés alguno en esas personas. Ninguno de los presentes le importaba. Sólo tenía un objetivo, y ese era matar a Jiang Ning. Mataría a Jiang Ning frente a toda esa gente y mostraría el poder de la familia Luo.
Mientras caminaba hacia el centro de la arena de combate, la gente a su alrededor cuchicheaba. Observó su entorno y resopló. Todos guardaron silencio de inmediato.
Sólo se escuchaba el incesante estruendo de la brisa.
—¿DÓNDE ESTÁ JIANG NING? —rugió Ye Xinhuo, con una voz tan estruendosa que lastimó los oídos de los presentes.
Era aterrador. Su voz parecía capaz de penetrar sus corazones, de acelerar su pulso.
—Considerando que aceptaste mi reto, ¿por qué sigues escondido en lugar de dar la cara? —Su voz era muy fuerte y era claro que deseaba que todos la escucharan. Jiang Ning no se atrevía a combatir.
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