La casa de Lin Qiang.
Lin Xiao estaba sentado y bebiendo té. Había venido a preguntar sobre ese proyecto en particular. El encantador olor del humo de incienso de agar se movía de un lado a otro.
-Papá, este proyecto con el director Huang es muy importante para los Lin -dijo Lin Qiang mientras preparaba el té.
—Por supuesto. Los Lin pronto subirán un nivel. Entonces, ¿cuál es el estatus del proyecto? -Lin Xiao continuó alegremente.
-No hay problema, Lin Feng fue hoy por el contrato. Tu nieto nunca te ha decepcionado -siguió Lin Qiang.
Lin Xiao estaba orgulloso y asintió con la cabeza. Todos los hombres de la familia Lin eran sobresalientes.
-¡Papá!
Lin Feng llegó corriendo como un rayo, tenía una expresión desagradable en su cara. Cuando vio que Lin Xiao estaba aquí, no se atrevió a decir nada.
-Estábamos hablando de ti.
-El abuelo quería preguntar cómo va hasta ahora el proyecto con el director Huang, ¿ya firmaron el contrato?
Lin Qiang le hizo un gesto a su padre. Lin Feng volteó a ver a Lin Xiao y se puso un poco nervioso y tartamudeó.
—Este emm, proyecto...
Cuando vio cómo dudaba con las palabras, le cambió el semblante a Lin Qiang y tuvo un mal presentimiento sobre esto.
-Fui a la oficina hoy, pero el director Huang tuvo que atender otros asuntos y no estaba presente. Me pidió que fuera otra vez mañana para que firmáramos.
Lin Feng logró exprimirse esas palabras de la boca. Si el abuelo supiera que perdió el trato, lo mataría.
-El director Huang empezó desde cero y siempre ha sido muy arrogante. Ya que te pidió que esperaras un día, entonces espera —contestó Lin Xiao, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Sí, abuelo, esperaré como dices -Lin Feng se obligó a contestar.
Pero Lin Qiang podía darse cuenta de que algo estaba mal. No dijo nada hasta que su padre se fue, después llamó a Lin Feng al estudio con una expresión oscura en su rostro.
-¿Qué sucede? -exclamó con rabia-. Si te atreves a esconderme algo, te golpearé hasta matarte
-¡Papá! Esto no tiene nada que ver conmigo -contestó indignado Lin Feng. -¡Es Lin Yuzhen! -continuó enojado -. El director Huang dijo que sólo firmaría el contrato con Lin Yuzhen y nadie más tenía derecho a verlo. Literalmente me corrieron de la oficina.
Lin Qiang tenía una expresión desagradable en la cara. ¿Habían corrido a su hijo?
—Esa Lin Yuzhen de seguro se está acostando con el director Huang, de otra manera ¿cómo pudieron resultar así las cosas? —dijo Lin Feng con descontento—: El Director Huang también dijo que si quien firma con él no es Lin Yuzhen, entonces nos podemos olvidar de este proyecto y que a él no le importa.
Él podía elegir que no le importara, pero los Lin no podían.
-¿Tienes idea de cuánto han invertido los Lin en este proyecto? -Lin Qiang fulminó con la mirada a su hijo, listo para darle una buena paliza-. Si perdemos este proyecto, aunque no te mate yo, tu abuelo lo hará.
La cara de Lin Feng se puso pálida como fantasma en un segundo.
-¿Qué hacemos ahora? -preguntó con ansiedad.
Pensó que podía simplemente reclamar el crédito por todo el trabajo que no hizo, pero quién diría que resultaría ser una situación tan difícil.
-¿Qué hacemos ahora?
-¿Quién te pidió que despidieras a Lin Yuzhen? -lo regañó Lin Qiang-, Ahora perdimos el proyecto y ambos nos tenemos que retirar.
Lin Feng no se atrevió a decir nada. Su papá era el que despidió a Lin Yuzhen, porque era el director.
-Trae de vuelta a Lin Yuzhen y firma el proyecto. Una vez que tengas su firma, córrela de nuevo -exclamó Lin Qiang.
-¿Estará dispuesta? -Lin Feng preguntó con cautela.
-Llámale.
Lin Feng tragó saliva y no se atrevió a discutir. Sacó su celular y llamó a Lin Yuzhen, pero no contestó. Lin Yuzhen no quiso contestar ninguna llamada de ellos.
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