―Sigue soñando. ―De inmediato Wang Wei se levantó y pegó un grito―: ¡Sigue soñando!
Al hombre no le importaba lo enfadado que pareciera Wang Wei y conservó la calma.
―Una hora. Después de eso, vendré y me apoderaré de Star Entertainment.
Luego se fue de la oficina.
Wang Wei respiró hondo y golpeó la mesa con el puño. Nunca esperó que el tipo fuera tan malicioso. Esta persona era quien había intentado mancillar la reputación de Ye Qingwu aquella vez y había fallado, entonces ahora intentaban comprar Star Entertainment para poder controlar el destino de ella. Si se salían con la suya, el concierto de mañana en la noche no sería el regreso de Ye Qingwu, sino el último que diera en toda su vida. Incluso podrían asegurarse de que su reputación estuviera arruinada para siempre.
Wang Wei estaba enojado pero también tenía cautela. Sin embargo, esto era algo que estaba ocurriendo dentro del círculo del entretenimiento. Ese jefe que estaba intentando comprarlo tenía el apoyo de una familia poderosa del norte. Tenía muy buena posición en la industria, además de recursos ilimitados a su disposición, así que nadie se atrevía a ofenderlo. ¿Qué iba a hacer ahora? En una hora, tomarían Star Entertainment por la fuerza.
Bom, bom, bom.
Alguien tocó la puerta de su oficina y él levantó la mirada. Ye Qingwu entró en ese momento.
―¿Por qué estás aquí escondido? ―se rio Ye Qingwu―. Ven y haz un poco de té para Yuzhen.
Wang Wei se apresuró a ir y tenía una sonrisa extraña en el rostro. Miró a Jiang Ning y abrió la boca para hablar pero no dijo nada. No sabía si decírselo porque ese otro grupo era muy poderoso y no parecía buena idea enfrentarlos cara a cara. Aunque al fin y al cabo, Star Entertainment le pertenecía a Jiang Ning, no a él.
―¿Algo que quieras decir? ―Jiang Ning notó que Wang Wei se veía bastante incómodo y le hizo una seña con la mano―. Haz el té y habla al mismo tiempo. Yuzhen tiene sed.
―Entendido.
―Zhang Yi, el gerente general de Blue Bird Entertainment, vino hace un rato y dijo que van a comprar la compañía aunque no estemos de acuerdo. Vendrá en una hora con su equipo legal para firmar los papeles.
Eso era tomar la compañía por la fuerza.
Wang Wei miró su reloj.
―Quedan cuarenta minutos.
―Creí que era algo serio. ―La expresión de Jiang Ning no cambió mientras tomaba un sorbo de té―. Este té no está mal, ¿de dónde lo sacaste?

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