¿En qué se estaba convirtiendo este mundo? ¿Su Mei ya estaba diciendo cosas buenas sobre Jiang Ning? Sólo había pasado un mes, pero parecía que era muy bueno para robar corazones.
—Eso no es lo que quise decir. —Su Mei agitó la cabeza—. Lo que quise decir es que Jiang Ning es demasiado excepcional.
—¿Eh? -Lin Yuzhen se paralizó.
—No deberíamos ser una carga para él. —Su Mei la miró—. Una vez que sea el momento adecuado, deberíamos anular este matrimonio y devolverle su libertad.
Jiang Ning y Lin Yuzhen habían recogido su certificado de matrimonio, pero no lo habían consumado. Al inicio, Su Mei sentía que Jiang Ning no era digno de su hija, pero ahora pensaba que Jiang Ning era demasiado excepcional, tanto que no podía imaginar que su propia hija pudiera ser digna de él.
La experiencia que le proporcionaron sus años de vida sirvió para darse cuenta de que Jiang Ning no era un hombre común y corriente. No sabía por qué había acudido a su familia, pero Jiang Ning no tenía malas intenciones hacia ellos. Los protegió y ayudó continuamente y Su Mei estaba muy agradecida por ello. Incluso había pensado que, aunque Jiang Ning no fuera su yerno, no era mala ¡dea que fuera su ahijado. Aun así, no podían seguir reteniéndolo porque eso sería ligar su felicidad a la de ellos.
Después de oír las palabras de Su Mei, Lin Yuzhen se quedó callada por un rato y luego le dijo resignada:
—Mamá, nunca tuve la intención de ir por algo que no puedo alcanzar.
Ella no era esa clase de persona.
Todavía había algunas burbujas de jabón en la mano de Su Mei, pero la extendió y pellizcó suavemente su cara: -Mamá lo sabe. Ninguno de nosotros en esta familia es de esa clase, así que trabajemos duro y devolvámosle el favor, ¿entendido?
-Entiendo. -Asintió con la cabeza con toda seriedad.
Mientras tanto, en el búngalo de Lin Xiao.
Cambió el tipo de madera de su quemador de incienso y ahora el olor era todavía más penetrante. Lin Xiao se sentó en su silla de palo de rosa, cantando y moviendo las cuentas de su rosario budista con la mano. Oyó la puerta abrirse y el sonido de pasos familiares entrando, sabía exactamente quién era.
-¿De dónde sacaste tiempo para venir a visitarme? -Lin Xiao abrió los ojos y sonrió, detuvo su canto y volteó a ver a Lin Qiang-, ¿Dónde está Lin Feng? El muchacho no me ha venido a visitar en un buen rato.
La cara de Lin Qiang no se veía muy bien.
-Está entreteniendo a unos amigos de Shengcheng por estos días —le contestó, caminó hacia Lin Xiao y abrió la boca, pero la volvió a cerrar.
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