De inmediato se desató una batalla. El Hermano Gou y los suyos eran como lobos sedientos de sangre corriendo en dirección a los dos hombres de negro.
―¡Ataquen! ¡Ataquen! ¡Ataquen!
Los gritos retumbaron en el pequeño callejón y parecían haber desatado su instinto más fuerte de lucha en un instante. No se contuvieron en lo absoluto.
»¡Ataquen!
¡Iban a matar a esos dos bast*rdos y vengar a su hermano!
¡Bum!
La técnica de formación tenía un amplio alcance y más de diez de ellos se habían unido para convertirse en un solo cuerpo. Su coordinación era impecable. ¡Eran más fuertes tanto en ataque como en defensa!
El hermano Gou parecía haber enloquecido. Sus golpes lanzaban ráfagas al aire. Daba uno tras otro y no se mostraba para nada cansado. Sus ojos reflejaban una mirada asesina.
»¡Vete al infierno!
Las expresiones de los dos hombres de negro cambiaron un poco. No esperaban que estuvieran tan locos. No tenían ningún miedo a morir. Incluso cuando los lobos tenían que soportar un puñetazo, se aseguraban de morderles la piel al mismo tiempo. ¡Estaban locos! ¡Eran una banda de locos! Eso estaba claro. Incluso si lograran matar a los lobos, ellos también serían arrastrados.
―¡Abran paso!
Los dos hombres habían pasado por innumerables peleas y contaban con mucha experiencia. Podían darse cuenta de que los lobos no permitirían que sobrevivieran al ataque, incluso si tenían que morir. Así que decidieron de inmediato abrirse paso a golpes.
¡BUM!
Un fuerte puño golpeó de pronto al Hermano Gou en el hombro y cayó al suelo por el impacto. Al instante, se creó una brecha en la formación.
―¡Vamos!
Los dos hombres se movieron con rapidez y se prepararon para salir disparados. Sabían bien que el punto de ataque más fuerte de la formación era también el punto de defensa más débil. Sacar al Hermano Gou del camino era su oportunidad para abrirse paso.
―¡Bloquéenlos! ―gritó el hermano Gou. Uno de sus brazos estaba flácido y visiblemente torcido, pero no le importó. Golpeó el suelo con la palma de su mano sana y se levantó―. ¡No dejen que esos dos hijos de p*ta se escapen!
¡Fiu! ¡Fiu! ¡Fiu!
El resto de los hombres reaccionaron al instante y Número Seis sustituyó de inmediato al Hermano Gou.
―¿Tratan de huir? ¡Sigan soñando!
Los dos hombres de negro estaban sorprendidos. No esperaban que los lobos reaccionaran tan rápido. La mirada asesina en sus ojos se hizo más fuerte. No dijeron nada. Atacaron a Número Seis por ambos lados al mismo tiempo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado