Yang Ming sintió que le temblaban las piernas. «¡Jiang Ning quería información global!». Podía darle la información de las marcas locales, pero la información global estaba muy controlada por las grandes marcas internacionales debido a que ningún producto local había sido capaz de entrar al mercado internacional. A pesar de que no era información que Yang Ming pudiera proporcionar con facilidad, tampoco se atrevía a ofender a Jiang Ning de nuevo.
—Señor Jiang...—Yang Ming tragó saliva.
—¿Tiene otra información que ofrecerme? —Jiang Ning se volteó para mirarlo.
—No... no...
—¿O es que hay algún problema? Si es demasiado difícil, entonces está bien. No me gusta ocasionar problemas.
Jiang Ning extendió la mano y le dio el pendrive a Yang Ming.
—¡No! ¡No hay ningún problema! Volveré a la empresa para prepararle la información.
Yang Ming no se atrevía a decirle que había algún problema. Salió corriendo y llamó a Kang Li. No se atrevía a tomar una decisión sobre un asunto tan importante.
Lin Yuzhen se quedó boquiabierta en su asiento. Ella solo quería la información del mercado del norte porque se estaba preparando para entrar en dicho mercado. «Pero, Jiang Ning... ¿ya él estaba pensando en los mercados internacionales? ¿El Grupo Lin aún no estaba bien arraigado en el país y él ya estaba pensando en los mercados internacionales? En verdad se adelantaba mucho a los acontecimientos».
—Jiang Ning. De verdad cree que el Grupo Lin se convertirá en una empresa multinacional, ¿no es así? —dijo Lin Yuzhen con toda seriedad.
—No —dijo Jiang Ning y movió un dedo en señal de negación—. El Grupo Lin se convertirá en una empresa que abarque todo el universo. El mercado del norte y el local son demasiado pequeños y no me interesan.
No había nada que Lin Yuzhen pudiera decir. Solo podía admirarlo. Los hermanos Gao se quedaron sin palabras también y solo pudieron mostrarle sus respetos.
Mientras tanto.

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