Héroe Retrasado romance Capítulo 705

Liu Hong era un hombre bien parecido y medía casi 1,80m de altura. Era atractivo y famoso por ser un talento en los negocios. Sin duda, tenía que ser una persona muy capaz para convertirse en uno de los pocos directores que tenía el Departamento de Compras del Grupo Linglong. Dicho director ni siquiera levantó la vista para responder. Tenía la cabeza en el pecho de su secretaria mientras utilizaba ambas manos para estrangularla.

—Dale todo a Cheng Feng, él se encargará —dijo mientras gemía un poco.

—Director Liu, cuando dice que me encargue de ello, ¿quiere decir que me asegure de que el Grupo Lin no sea capaz de obtener las materias primas? ¿O quiere que las venda a un precio tan exorbitante que el Grupo Lin sufra grandes pérdidas? —preguntó Cheng Feng, uno de los jefes de los círculos ilegales de Tianbei, que también estaba sentado en la oficina. Fruncía el ceño y no sabía qué hacer.

—No, dale todo al Grupo Lin. Incluso puedes vendérselas más barato. —La respiración de Liu Hong era cada vez más pesada y los hombres que estaban presentes ya no se atrevían a mirarlo.

—Pero...

—Sin peros, solo... oh... solo sigue mis instrucciones.

—¡Entendido!

Ninguno de ellos se atrevió a preguntar más ni a quedarse más tiempo en el despacho. De inmediato se levantaron y salieron del despacho de Liu Hong. Sabían muy bien que se aproximaba una avalancha. Una enorme, además. Poco después de que cerraran la puerta de la oficina, se produjo la avalancha. Pasó un largo rato antes de que la oficina volviera a estar en silencio.

Liu Hong ya se había quitado la camisa para revelar su tonificada espalda. Tenía un llamativo tatuaje de una nube roja bajo su hombro derecho. Su secretaria que estaba debajo de él se había desmayado. Estaba inconsciente y su rostro estaba muy pálido.

—Nena, ¿te gusta la sensación de estar al borde de la muerte, la sensación de... caer de las nubes? —Liu Hong tenía una mirada traviesa—. ¡Estoy seguro de que a Lin Yuzhen le encantaría!

Bajó la mirada y volteó los ojos al ver a su secretaria, que apenas respiraba. De repente le dio un fuerte golpe en el estómago.

—¡Ay! —gritó la secretaria y respiró profundo. Su rostro se enrojeció de inmediato.

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