La Familia Zhou y la Familia Wu controlaban cada una un pórtico. Ahora ya ninguna luchaba sola, sino que luchaban entre todos para proteger sus intereses y el Grupo Lin, al que se enfrentaban, bien podría ser la Familia Long. Los jefes de ambas familias, Zhou Shen y Wu Hongwei, estaban sentados uno frente al otro y no parecían preocupados en absoluto.
—Además de los luchadores bien entrenados que he conseguido, también tengo seis fuentes externas más de ayuda —dijo Wu Hongwei con voz calmada—. Inclusive si una de las familias más poderosas quiere atacarme, ¡tendrá que analizar bien las consecuencias primero!
No sería un gran problema si solo atacaban el pórtico que custodiaba la Familia Wu, pero ahora se enfrentarían a dos pórticos y si no lograban derribar ninguno, habrían perdido. Zhou Shen se rio y le contestó:
—No esperaba que el Grupo Lin estuviera respaldado por la Familia Long. De verdad que esto es una sorpresa para mí.
—¿Te sorprende? —Wu Hongwei negó con la cabeza—. A mí no me sorprende en absoluto. Siempre he pensado que Donghai había mejorado tan rápido porque estaba respaldado por una de las familias más poderosas del norte. Si no, ¿cómo lo hubiera logrado? —Se burló.
Ya él tenía sus sospechas, desde que Shengcheng pasó por una exhaustiva revisión y Espada Rota se abrió paso a toda costa hacia el norte. Había muchos indicios que apuntaban a que la Familia Long era la que había organizado todo, quizás querían tomar el control total del Grupo Linglong y quedarse con todos los beneficios, deshacerse de todos sus oponentes y convertirse en la familia más poderosa de todas.
—¡Qué pena, van a caer en nuestras manos! —Zhou Shen y Wu Hongwei rieron a carcajadas.



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