Sabina sollozó y empezó a llorar: "Fili, es que te amo tanto, temo que otra mujer te aleje de mí. Sabes, mi mamá siempre te ha apoyado, te ha mimado. Si te comportas así conmigo, ¿no crees que le romperá el corazón?". En momentos cruciales como ese, siempre sacaba a su madre como escudo.
Filemón gruñó, si no fuera por su tía, ya la habría pateado al otro lado del horizonte.
"Recuerda mi advertencia, si sigues haciendo travesuras, no me culpes por no respetar a tu madre". Subió las escaleras y se fue.
Sabina se sintió como si quisiera morir. Debía de encontrar una manera de "despedir" a Abril, esa calamidad.
...
Durante esos días, Abril pidió un permiso para recuperarse en casa.
Lionel le envió un mensaje, preguntándole cómo estaba. Al saber que su herida estaba sanando, reservó una mesa en el restaurante más elegante de Estrellania para invitarla a cenar y ponerse al día.
"Me alivia ver que estás bien ahora". Le sirvió un vaso de jugo a Abril.
Recordar que él era el hermano mayor de Filemón la ponía un poco incómoda.
"León, no sabía que eras el hermano del gran jefe".
Lionel sonrió sutilmente, dejando un aire de misterio. "Parece que te llevas bien con mi hermano menor. El día que te lesionaste, él fue el primero en correr hacia ti y ayudarte".
Abril negó con la cabeza rápidamente. Lo que más temía era que surgieran rumores y la gente pensara que tenía un romance con el jefe. Eso sería un desastre.
"No malinterpretes, en mi posición rara vez veo al jefe. Lo que hizo fue puramente por humanidad hacia sus empleados. Recién asumió y necesita ganarse la simpatía de las personas. ¿Qué opinas?".
"Ja, tal vez". Lionel sonrió sin refutarla, aunque dentro no pensaba lo mismo.
Filemón era frío e insensible. Incluso si alguien muriera frente a él, simplemente pasaría por encima del cuerpo sin mostrar ninguna emoción.
"Es difícil no enamorarse de una chica como tú".
Abril bajó la mirada y sonrió tristemente.
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