La Desaparición de la Esposa Hacker romance Capítulo 4

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—Si algún día me traicionas, yo me voy a ir de tu lado.

—Amor, jamás haría algo así —Mariano le tomó la mano con suavidad, la acercó a sus labios y le dio un beso—. Si estoy contigo en la vida, también quiero estarlo después de la muerte. No pienso darte ni una sola oportunidad para que te alejes de mí.-

Todos estos años, ella había sido engañada por su supuesto amor.

Por dentro, Begoña dejó escapar una sonrisa amarga, pero suavizó la voz.

—Bueno, yo confío en ti.

Begoña se dio cuenta de que marcharse de la vida de Mariano no era tan simple como había imaginado.

Apenas había salido del centro de la ciudad, y en menos de dos horas, Mariano ya la había encontrado.

Y ni hablar de que en toda Nueva Almería, el control del aeropuerto y los servicios de transporte marítimo y terrestre estaban en manos del Grupo Guzmán.

Si él no la quería dejar ir, ella simplemente no tenía escapatoria.

Decidió aguantar hasta que el jefe enviara a alguien por ella.

Mariano la abrazó con delicadeza.

—Gracias por confiar en mí, amor. Pero… eso que dijiste de llevarte a tu mamá, ¿a dónde piensas ir?

Begoña se apartó de Mariano con un movimiento suave. Como tenía la mirada baja, Mariano no notó el desagrado en sus ojos.

—El lugar donde descansa mi madre ya está muy descuidado. Quiero trasladar sus cenizas al panteón, aunque sea por ahora.

Mariano soltó un suspiro de alivio, se quitó la chaqueta y la cubrió con ella. Luego le pasó el paraguas antes de agacharse para arrancar las hierbas que crecían alrededor de la lápida.

—La tierra está algo suelta, sí necesita arreglos. Le diré al encargado que saque primero las cenizas de tu mamá.

—Hace unos años, compré un terreno a tu nombre. Construí un jardín para ella. En unos días, vamos a pedirle a un sacerdote que escoja la mejor fecha para hacer el traslado.

—Ese lugar tiene vista al mar y está rodeado de montañas. Planté tulipanes, los que a tu mamá le encantaban. Hay gente encargada de la limpieza y seguridad. Estoy seguro de que a ella le gustaría mucho.

—En realidad, quería darte la sorpresa en el aniversario de su partida.