La Doctora Maravilla romance Capítulo 108

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—Lo siento, Señor Rivera. Hicimos lo que pudimos.

—Entonces salve a Alana. Haga lo que sea necesario. —Abel tenía los ojos inyectados en sangre.

—¡Sí, Señor Rivera!

Lucas giró la cabeza y sin darse cuenta se fijó en Emma, con el rostro pálido. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

«El bebé está muerto. ¡Una vida inocente!».

—La Señorita Linares está aquí —le recordó Lucas a Abel.

Abel giró la cabeza y se fijó en la frágil figura de Emma.

—Emma —dijo en voz baja y se acercó a ella.

—Abel. —Las lágrimas caían por el rostro de Emma—. Lo siento. No esperaba que pasara esto. Si lo hubiera sabido, no habría luchado contra los asesinos…

Abel la abrazó con fuerza y le dijo:

—No seas tonta, todos intentábamos salvar al abuelo. ¡No es culpa tuya!

—¡Pero el niño está muerto! —Emma sollozó—. ¡No importa lo que estábamos tratando de hacer, el niño ya no está!

—Yo tampoco quería que pasara. No quiero casarme con ella, ¡pero tampoco quería que el niño muriera!

—Todo es culpa mía… Intentabas salvarme.

—No, esta era mi responsabilidad. No tiene nada que ver contigo. —Abel sonrió con ironía—. Supongo que ahora le debo una.

—¿Se lo debes? ¿Cómo se lo vas a pagar?

—Veremos si sobrevive —suspiró Abel—. Supongo que es el destino…

Vio a Benjamín y sonrió.

—Señor Iriarte, por favor ayúdeme a llevar a Emma a casa.

…

Emma no vio a Abel durante los tres días siguientes. Sabía que había estado esperando en el hospital. El estado de Alana siguió siendo crítico durante tres días. Emma no comió durante ese período. Delia estaba muy ansiosa.

—No debería atormentarse así, Señorita Linares. ¿No dijo siempre que dejara pasar las cosas?

—Pero… —Emma sintió un nudo en la garganta—. Alana aún no se ha despertado y ya perdió a su hijo. Si ella muere, son dos vidas perdidas. No puedo evitar culparme…

—No es su responsabilidad cargar con ella —dijo Delia—. Alana quería salvar al Señor Rivera.

—Pero Abel se puso en peligro para salvarme.

—¡Usted quería salva a Óscar!