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La Doctora Maravilla romance Capítulo 186

—Mamá, el incidente de hace cinco años está borroso. No culpes a Emma por ello —dijo Adrián.

—Quiero dejarlo pasar por el bien de mis tres nietos, pero ella quiere llevarse a mis nietos para estar con Benjamín, dejándome sin nada. Es difícil no guardarle rencor.

Adrián se quedó sin habla, pues sabía que Benjamín era su formidable competidor. Para colmo, su estilo de vida de casanova lo hacía parecer un peso ligero comparado con un consumado director general como Benjamín. Adán se acercó al sofá y se sentó con las piernas cruzadas.

—Adrián, ¿es Emma la única para ti?

—Emma es guapa y encantadora. Me ha dado tres hijos. Por supuesto que solo la quiero a ella —dijo Adrián.

—Sí. Mírate. No te estás haciendo más joven, pero no te has casado ni has formado una familia para dar tranquilidad a tus padres. Emma ya le ha dado tres hijos a Adrián. Es una pena no traerla a la familia —pronunció Juliana.

—Así es. No debería darle mi mujer y mis hijos a Benjamín o Abel —exclamó Adrián.

—Entendido. En cualquier caso, nadie más puede tener a Emma —comentó Adán.

—¿Vas a ayudarme, Adán? —pronunció Adrián con regocijo.

—Lo intentaré. —Adán se puso en pie y subió las escaleras.

Al día siguiente, Emma recibió de improviso un paquete de la empresa de mensajería. El paquete era pequeño y ligero, no parecía haber nada adentro cuando lo pellizcó entre los dedos. Aun así, Emma tomó unas tijeras para abrirlo. Tras atravesar las múltiples capas protectoras, por fin vio una aguja envuelta en una servilleta.

Emma entrecerró los ojos almendrados. Era su aguja, la que utilizaba como arma secreta. Si no recordaba mal, había utilizado la aguja una vez durante su regreso a Esturia. Fue en la fiesta que Óscar organizó para la recuperación de Astro. Emma había atacado al delincuente, armada con la aguja, dando a Abel la oportunidad de tomar represalias. La cuestión ahora era la identidad de la persona que guardaba la aguja y se la había entregado.

Mientras Emma se perdía en sus pensamientos, sonó su móvil. Emma le echó un vistazo, era un número desconocido. Los tres últimos números eran un triple nueve. Emma tuvo la sensación de que la llamada tenía algo que ver con la aguja. Aceptó la llamada.

—¿Hola?

—Emma. —Una voz profunda y áspera con un matiz escalofriante habló.

—¿Quién es?

—Adán.

Capítulo 186 Adán contacta con Emma 1

Capítulo 186 Adán contacta con Emma 2

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