—¿Nunca ha aparecido?
—Así es —en ese momento, otro colega intervino—. Por eso, varios aquí creemos que la señorita Paulina ya se divorció de su esposo. Si no, después de tantos meses, ¿cómo es que jamás ha mencionado a ese tipo?
—De acuerdo.
Visto así, la verdad, tenía sentido.
Si Paulina Romo no se hubiera divorciado, ¿cómo se atrevía Tito Jacobo a cortejarla tan de frente?
Aun así, Teófilo no lograba calmar su mente. No se le había ocurrido jamás que Paulina ya hubiese estado casada.
Mientras él seguía en las nubes, Paulina, desde su escritorio, le preguntó:
—¿Qué pasa?
Teófilo estuvo a punto de preguntarle: “¿Es cierto que ya estuviste casada?” Pero sabía bien que andar preguntando tanto sobre la vida privada de la jefa, una vez se podía perdonar, pero repetirlo era de mala educación y hasta grosero.
Al volver en sí, solo respondió:
—Nada, no te preocupes.
...
Por la tarde, Paulina recibió una llamada.
Al colgar, antes de salir del trabajo, se acercó a Jaime Burgos y le dijo:
—Mañana llegaré a la oficina en la tarde. ¿Puedes cubrirme en la reunión de la mañana?
—Claro, no hay problema —respondió Jaime, y luego preguntó—: ¿Ocurrió algo?
—Mañana van a hacerle unos estudios a mi mamá en el hospital, y quiero acompañarla.
Jaime, que no sabía que la salud de Yolanda Romo iba en picada, pensó que solo era un chequeo regular y comentó:
—Tú tranquila, ve con tu mamá. Lo que pase en la empresa lo manejo yo.
Paulina asintió y se fue.
...
Al día siguiente, Paulina, la abuelita Romo y Fernanda llegaron temprano al hospital.
Incluso allí, solo podían seguir a cierta distancia, sin acercarse demasiado para que Yolanda no las descubriera.
Durante los estudios, Yolanda se alteraba de la nada, gritaba y forcejeaba como loca, y se necesitaba a varios enfermeros para sujetarla y poder terminar los exámenes.

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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Espectacular Transformación de la Reina AI
Muy buena novela...
Muy emocionante, aunque Armando no se a que juega otra vez con Mercedes...