La Esposa de Lobo romance Capítulo 106

"¿Qué es?", preguntó Luna con entusiasmo.

“En realidad, puedes comprar nuestras máquinas reservadas. Debes saber que normalmente tenemos unidades reservadas para maquinaria grande, pero no están a la venta. Como tienes apuro por usarlas, puedo considerar vendértelas”.

Houser sonaba sincero, como si estuviera intentando ayudar a Luna a resolver su problema.

¿Unidades reservadas?

A Luna no le quedaban otras opciones, así que preguntó: "¿Cuánto cuestan las unidades reservadas?".

“50 millones”, dijo Houser al precio con indiferencia.

"¡¿50 millones?!". Los ojos de Luna se abrieron y sus labios se torcieron cuando escuchó el precio.

¡Eso era un brazo y una pierna!

El precio que el Gordo Frank había obtenido ese mismo día era el precio normal, que era solo diez millones.

Sin embargo, Houser estaba pidiendo 50 millones por sus unidades reservadas. ¡Era cinco veces más caro que el precio original! No solo era el doble; ¡era el quíntuple!

Él subió el precio porque ella lo necesitaba, ¡y era demasiado exigente!

“¿Qué dices, Señorita Crestfall?”. Houser parecía alegre.

Molesta, Luna dijo enojada: “Está bien. Tus máquinas reservadas son demasiado sofisticadas. Nuestra compañía no podrá utilizarlas. Si no puedes entregar las máquinas que pedimos a tiempo, procederemos con el reembolso”.

"¡Está bien!". Houser asintió rápidamente, lo que la sorprendió.

“Pero…”. Se rio entre dientes y agregó: “Señorita Crestfall, es difícil conseguir las mismas máquinas en el mercado y, según lo que sé, nadie en Sumeria aparte de nosotros las vende”.

Estaba tratando de chantajear y amenazar a Luna.

Luna gruñó fríamente. "No te preocupes por eso".

Regresó a su habitación y llamó a Noir. “Noir, contacta a la fábrica militar más cercana y diles que produzcan las máquinas adecuadas para el proyecto del Instituto Valiant. Quiero que estén terminadas esta noche y entregadas a Sumeria mañana antes del amanecer”.

Noir notó la gravedad del problema y respondió: “Está bien, Andy. Estoy en ello".

Una fábrica militar era considerada la planta de producción más sofisticada del país y no tenía problemas para producir máquinas comerciales.

Después de dar la orden, Andrius colgó el teléfono.

A la misma hora, en un restaurante, Solomon y Houser estaban tomando una copa durante la cena.

"Houser, tengo que agradecerte por esto".

Solomon se enteró de lo sucedido por Houser y de que Luna había solicitado un reembolso.

También sabía que Luna buscó por todas partes en Sumeria y no pudo encontrar la misma maquinaria, por lo tanto estaba más encantado que antes.