La Esposa de Lobo romance Capítulo 154

"¡¿N-no?! No, ¡no siento nada por él!". Luna lo negó inmediatamente e incluso tartamudeó porque se puso nerviosa. "¡Qué tonterías! ¡¿Por qué me enamoraría de él?!".

Entonces, Luna se fue a su habitación a toda prisa.

"Si no sientes nada por él, ¿por qué estás tan alterada?". Athena se rio mientras veía a Luna escapar a su habitación.

La reacción de Luna traicionó sus palabras.

De vuelta en la habitación, los pensamientos de Luna eran un caos.

Andrius no era más que un chico de las montañas del campo. Aunque era amable y no se quedaba de brazos cruzados cuando alguien se aprovechaba de ella, le gustaba presumir y alardear. Hacía las cosas sin escrúpulos y no le importaba cómo funcionaba el mundo.

Aparte de su bondad, estaba lleno de defectos.

¿De qué serviría eso?

Nunca se enamoraría de él.

Sin embargo, sentía que lo perdía cada vez que lo veía con otra persona, especialmente cuando él se ponía íntimo con otras mujeres.

...

Mientras tanto, Noelle fue al Jardín Real después del trabajo.

Para conocer al Primer Dios de la Guerra, se negaba a rendirse aunque no obtuviera respuesta o tuviera que esperar hasta altas horas de la noche. Nada podía detenerla.

"Primer Dios de la Guerra, ¿estás ahí? Soy Noelle Freely, del departamento de policía local".

Noelle había perdido la cuenta de cuántas veces llamó al Primer Dios de la Guerra o cuántas veces tocó la puerta. Por desgracia, no obtuvo respuesta.

Sin embargo, no se dio por vencida.

De repente, la aguda mirada de Noelle divisó una figura familiar. Se dio la vuelta y vio a Andrius en su bicicleta eléctrica.

"¿Qué haces aquí, Andrius Moonshade?", preguntó Noelle con un atisbo de hostilidad.

Andrius la miró boquiabierto. "¿Por qué no puedo venir aquí? Tú, en cambio, ¿ya resolviste el caso? ¿Por qué te preocupa tanto lo que hago aquí?".

Noelle se quedó en silencio ante su pregunta. Había venido porque quería preguntarle al Primer Dios de la Guerra sobre el caso.

Halle miró a Andrius con una sonrisa halagadora y dijo: "¿Puedo quedarme aquí unos días? No te importa, ¿verdad?".

"¡Qué ridícula!" Andrius agregó: "¿Un hombre y una mujer viviendo bajo el mismo techo? No. Vete de aquí, no quiero que la gente nos vea juntos. Solo arruinará mi imagen".

Andrius abrió la puerta.

"¡No!".

Halle cambió inmediatamente a una mirada seria después de que él la rechazara y respondió: "¡Solo me quedaré aquí unos días! Si me echas, gritaré y diré que me acosaste".

Andrius se quedó sin palabras.

Como siempre, las mujeres de esta ciudad eran la raíz de sus problemas.

"Bien. Bien".

Andrius se vio obligado a aceptar y permitir que se quedara.