La Esposa de Lobo romance Capítulo 158

Resumo de Capítulo 158: La Esposa de Lobo

Resumo do capítulo Capítulo 158 de La Esposa de Lobo

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Luna y el Gordo Frank llevaron a varias personas a las obras en construcción del Instituto Valiant.

Había ocurrido un terrible accidente. El marco exterior se había derrumbado. Muchos trabajadores resultaron heridos y fueron enviados al hospital.

Lo más trágico eran los cuerpos bajo el armazón metálico. Todos eran de veteranos retirados.

Luna habló con el responsable y se enteró de que los veteranos se habían ofrecido voluntarios para ayudar. Les preocupaba que los trabajadores no pudieran subir tan alto y, preocupados por su seguridad, ellos mismos subieron a la estructura metálica exterior.

Entonces, ocurrió el trágico accidente.

La expresión de Luna se volvió sombría.

El proyecto del Instituto Valiant acababa de empezar. Ni siquiera había ayudado a los veteranos a asentarse y, sin embargo, algunos de ellos ya habían sido sacrificados.

¿Qué debía decirle al alcalde Freely esta vez?

Había varios familiares de los fallecidos en el lugar y la mayoría eran madres. Lloraban y se lamentaban dolorosamente tras ver los cuerpos de sus hijos.

"¡Hijo mío, hijo mío! ¡Qué muerte tan trágica!".

"Juan, ¡¿cómo has podido abandonarme?!".

"¡¿Hijo mío, por qué?! Cómo...".

Se desplomaron en el suelo y sus ojos se desenfocaban al desbordarse sus lágrimas. Tenían el cabello revuelto y la cara desencajada.

Luna se sintió fatal al oír los llantos. Se acercó a ellas y les ofreció consuelo.

"Señora, siento mucho todo esto. Es un error nuestro por no hacer una inspección adecuada...".

Las madres la miraron antes de volver a abrazar a sus hijos, sollozando.

Luna suspiró y dijo: "Mis condolencias. Les aseguro que llegaré al fondo del asunto y justificaré sus muertes. La indemnización será pagada en su totalidad".

Las madres no se conmovieron. Habían perdido a sus hijos y ninguna cantidad de dinero podría compensar sus pérdidas. Era imposible que sus hijos volvieran a la vida.

Después de consolar a los familiares, Luna se giró hacia el hombre gordo de mediana edad, que era el encargado de la obra, Greg Thompson.

Greg tenía la frente cubierta de sudor. Dijo tímidamente: "Señorita Crestfall...".

"¿Qué ocurrió?", preguntó Luna con frialdad. El enfado en su tono era evidente.

"Aún estoy investigando". Greg bajó la cabeza, evitando la mirada de Luna. "Pero le aseguro que no hemos escatimado en nada. Seguimos estrictamente todos los procedimientos y precauciones de seguridad y nunca infringimos ninguna norma... ¡Se lo juro! Señorita Crestfall, eche un vistazo usted misma. Si encuentra algún error en nuestro trabajo, no tengo más remedio que admitirlo".

Mientras se quedaban mudos, Luna escaló.

Fue entonces cuando uno de los trabajadores con el gorro de seguridad amarillo sacó un cuchillo y cortó el arnés que cubría la estructura metálica.

¡Crank!

¡Clink! ¡Clunk!

Después de unos sonoros golpes, la estructura metálica empezó a derrumbarse una vez más.

"¡Aaaaah!", gritó Luna mientras su rostro se ponía pálido.

Los trabajadores también estaban horrorizados por el repentino suceso. No fueron capaces de reaccionar a tiempo.

'Maldita sea... ¿Voy a morir aquí?'.

La mente de Luna se quedó con ese solo pensamiento. Cerró los ojos y esperó su muerte.

Un segundo después...

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