La Esposa de Lobo romance Capítulo 168

¡Clank!

¡Whamm!

Los Mercenarios de la Parca habían matado a muchos en el pasado, pero cuando vieron al ejército de soldados, se estremecieron. Sus armas cayeron de sus manos mientras temblaban.

Simon también se quedó boquiabierto, con el corazón latiéndole más rápido que nunca.

¿Quién era exactamente Andrius Moonshade?

¿Cómo podía reunir a tantos soldados con tanques y helicópteros?

Simon se había metido con alguien que no podía permitirse.

¡Se acabó!

Los Hanshus se habían topado con un muro esta vez y no había otro lugar al que huir.

Simon tenía ya más de 70 años y la enorme escena lo asustó tanto que se meó en los pantalones hasta empaparse. Eso demostraba lo asustado que estaba.

Cuando los tanques se acercaron, los soldados bajaron y se pusieron en formación detrás de Andrius, con Noir liderando el grupo.

Mientras los helicópteros sobrevolaban el cielo con las escotillas abiertas, cayeron dos cuerdas y un grupo de soldados se deslizó hacia abajo. Cañones negros como el carbón apuntaban a todos los mercenarios.

Cuando los soldados se pusieron en formación, el líder del batallón corrió hacia Andrius y gritó: "Segundo Batallón Occidental, en formación. Esperando su orden, Rey Lobo".

¡¿Rey Lobo?!

Cuando Simon escuchó ese título, se desplomó en el suelo con los ojos desenfocados.

La ciudad entera llevaba tiempo preparándose para la llegada del Rey Lobo, lo que demostraba lo importante e influyente que era.

Sin embargo, los Hanshus atentaron contra la vida del Rey Lobo de forma suicida.

¡Se acabó! ¡Se había acabado!

"¡Maestro Rey Lobo!". Simon hizo acopio de todas sus fuerzas para arrodillarse ante Andrius. "¡Perdone mi insensatez! No sabía que eres el Rey Lobo... ¡Por favor, perdóneme! Puedo pagarle. ¡Puedo darle la mitad de todos mis bienes!".

Simon no quería morir todavía. Suplicó con fuerza, con su viejo rostro cubierto de miedo y horror.

"¿Perdonarte?". Andrius miró su viejo rostro y se burló: "Cuando le dijiste a Wayman que enviara a tus sicarios tras los hombres, ¿por qué no pensaste en eso?”.

"¿Por qué no pensaste en los Crestfall cuando los pusiste en una situación difícil? Preparaste todo esto solo para mí, ¿y quieres que te perdone la vida?".

Sus palabras se desvanecieron.

¡Swoop!

Una aguja de plata entró por la sien izquierda de Simon y salió por la derecha.

La velocidad era tan rápida que la aguja no permaneció en su cabeza más de un segundo, pero destruyó la corteza cerebral de Simon.