La Esposa de Lobo romance Capítulo 184

Los criminales se tiraron contra Andrius masivamente.

Andrius dio un paso adelante, golpeó al primer hombre y lo estrelló contra la pared, matándolo al instante. Todos eran criminales asesinos que no valoraban la vida, así que Andrius no tenía por qué contenerse.

Sin embargo, los despiadados puñetazos de Andrius sorprendieron a los criminales.

Antes que pudieran reaccionar, les dio puñetazos y patadas, derribándolos a todos uno a uno. O morían o quedaban inválidos de por vida.

Medio minuto después, solo Andrius y Caín quedaban de pie en la sala.

Solomon se desmayó por la sorpresa.

Andrius miró a Caín y le dijo, "Tienes dos oportunidades más".

"Grr....". Los ojos de Caín estaban enrojecidos por la ira.

Ahora, finalmente creía a Solomon cuando decía que Andrius era poderoso. De hecho, no solo era poderoso, ¡era ridículamente poderoso!

Caín, sin embargo, no tenía miedo, porque tenía un arma con él. Sacó su pistola y apuntó a Andrius. Luego apretó el gatillo.

"¡Muere, Andrius Moonshade!".

Caín sabía lo poderoso que era Andrius, así que se saltó la conversación porque temía que Andrius pudiera desarmarlo de nuevo. Solo quería a Andrius muerto.

Sin embargo, Andrius no cayó ni siquiera después de que disparara el arma.

La bala estuvo a unos centímetros de alcanzar a Andrius, pero fue detenida por un muro invisible en el aire. No pudo penetrar lo que fuera que la estaba deteniendo, y cuando se le acabó el impulso, cayó al suelo.

¡Expansión de Energía Qi!

¡Andrius era un experto en qi!

Caín estaba impactado.

"¡Maldito desagradecido!". La expresión de Caín se volvió fría. "¿De verdad crees que ser un experto en energía qi te hace invencible? Aunque lo seas, los Crestfalls del Río Este pueden destruirte fácilmente".

"Ya basta", dijo Andrius. "Todavía tienes una última oportunidad. Piensa en lo que vas a hacer".

Caín miró fijamente a Andrius y asintió. Luego marcó un número en su celular.

Un momento después, la puerta de la suite se abrió de golpe.

¡Kabaam!

Una presencia de energía fría y ominosa llenó toda la habitación. El aire estaba tan cargado que era difícil respirar y se volvió deprimente.

"Tsk, tsk, tsk".

Un anciano chasqueó la lengua mientras aparecía en la entrada.