La Esposa de Lobo romance Capítulo 212

Sin embargo, con tantos guardias de seguridad intimidantes ante él, Jason no se atrevió a hacer ninguna locura.

¡Crac! ¡Crac!

Los guardias de seguridad crujieron sus nudillos ruidosamente y calentaron sus brazos.

Jude se sonrojó, pero no pudo hacer nada. Al final, se rindió y pagó la cuenta. Solo tenía 300,000 en su cuenta bancaria, así que tuvo que pasar todas sus tarjetas de crédito para pagar toda la cuenta.

"¡Vamos!".

Jude fulminó con la mirada a Jason antes de llevarse a Ford y a Jennifer y dirigirse a la Finca Océano Luna, donde estaba Hansel.

Un rato después, llegaron a la Finca Océano Luna.

Cuando llegaron al salón, Jude se sorprendió al ver a Andrius y Halle allí delante de ellos.

"Ey...". Jude miró a Andrius con sorpresa y le dijo: "Andrius, ¿qué haces aquí?".

Andrius levantó una ceja y le dijo: "Traje a Halle para que conozca a Hansel".

"¿Cómo te atreves a pronunciar el nombre del Amo Turner? ¿Quién te crees que eres?". Jude criticó sus modales y se mofó: "¿Un tipo de las montañas como tú hablando groseramente en un lugar como éste? Halle, ¿crees que el Amo Turner se reunirá con él? Míralo. Apesta a pobreza".

Jude sonó repentinamente superior mientras continuaba: "Mi padre conoció al Amo Turner hace unos años y se conocen. Si quieres verlo, deberías venir conmigo, Halle. En cuanto a ese tipo...".

Chasqueó la lengua dos veces y dijo con desdén: "No hay forma de que conozca al Amo Turner en su vida".

Ford miró a Halle y dijo: "Chica, ¿estás loca? Andrius dijo que puede llevarte a conocer al Amo Turner, ¿y tú le crees?".

"¡Sí!". Jennifer hizo eco. "Halle, ven aquí. No querrás que el Amo Turner piense que tienes algo que ver con ese pobre tipo de ahí".

Halle hizo oídos sordos y ni se inmutó.

El criado se sorprendió por la forma tan exigente de Andrius, pero como su amo le había informado de antemano, no se atrevió a retrasar el mensaje. Subió inmediatamente con la ficha.

Halle sentía curiosidad.

Jude, Ford y Jennifer tenían el mismo desdén en sus rostros.

Jude incluso empezó a imaginarse al Amo Turner gritando y amenazando con matar al inútil de las montañas. Si realmente ocurría, le haría un favor y le ahorraría algo de tiempo.

Con eso, Jude sonrió maliciosamente. Mientras aumentaba su expectación, llegó una figura digna.

Era Hansel Turner.

¡El hombre había llegado!