La Esposa de Lobo romance Capítulo 240

¡Buzz!

¡Buzzz!

Iván no hizo un corte rápido. Sujetó su sable con fuerza, aparentemente a punto de cargar su energía.

Todos los que estaban en la sala pudieron ver cómo el resplandor de la hoja se intensificó hasta el punto de cegar.

Todos se sorprendieron. Se preguntaban qué tan poderoso sería el corte.

¡Era inimaginable e indescriptible!

Cuando el resplandor se hizo más fuerte, todos cerraron los ojos por la luz cegadora. Algunos incluso empezaron a llorar.

El frío qi asesino invadió cada folículo de sus cuerpos, haciendo que se estremecieran.

Cuando el resplandor y el qi asesino se combinaron, obligaron a todos a retroceder. Ninguno se atrevió a quedarse en su lugar e instintivamente se distanciaron del sable.

"¡Cuchillada definitiva!".

Ivan cargó su sable hasta el límite y se lanzó hacia Andrius con un movimiento extraño.

Lanzó el sable hacia abajo, hacia Andrius.

'El corte lo matará sin duda', pensaron todos los que lo vieron.

Incluso Luna se echó hacia atrás en la silla como si le hubieran robado las fuerzas. Creía firmemente que Andrius no sobreviviría a este ataque.

Un momento después, el viento se detuvo y el resplandor se desvaneció. El polvo se calmó.

Luna cerró los ojos lentamente.

¿Finalmente la batalla llegó a su fin?

El hombre al que le encantaba presumir y fanfarronear.

El hombre que permanecía a su lado siempre que necesitaba ayuda.

El hombre que le tomaba el pulso, le hacía recetas y le recordaba que debía cuidar su cuerpo.

¿Significaba esto el fin de este hombre?

La habitación se quedó en silencio, tan en silencio que Luna se sintió extraña.

Si mataban a Andrius, sin duda mostrarían alguna respuesta.

¿Podría ser...?

Un destello de esperanza surgió en su corazón y poco a poco brilló en su interior. Entonces, apretó los dientes y abrió los ojos. La escena que tenía ante sus ojos la deleitó.

Andrius atrapó el Rompe Jade con solo dos dedos. Parecía relajado como antes e incluso tenía la misma mueca de desprecio en la cara.

El hombre...

Luna no solo estaba encantada, sino que incluso tenía ganas de quejarse.

Si Andrius podía vencer fácilmente a Ivan, ¿por qué no podía ser rápido en eso?

¿Por qué tenía que asustarla así?

¡Qué imbécil!

Los demás en la habitación estaban atónitos, estupefactos y boquiabiertos. Olvidaron cómo parpadear o respirar. Se quedaron boquiabiertos y congelados como monolitos en el acto.

Iván intentó empujar el Rompe Jade hacia abajo, pero fracasó por mucho que lo intentó. Intentó apartar el sable, pero tampoco pudo.

Por mucho que tirara o empujara, el sable no se movía.