La Esposa de Lobo romance Capítulo 273

Los soldados eran personas muy amables. No eran ni calculadores ni competitivos entre ellos. Aunque no estaban relacionados por sangre, eran más cercanos que hermanos. Siempre compartían con sus hermanos de armas, en especial con aquellos que se sacrificaban en el campo de batalla.

"Estupendo". Noir agarró la tarjeta con mirada seria. "Le haré llegar el mensaje a la Sociedad de los Mártires. No se preocupen".

Los soldados asintieron. "Rey Lobo, Capitán Noir, ya nos vamos".

Después de eso, los soldados subieron a su coche y se fueron, Andrius quedó solo con Noir.

Ya que se mencionó a la Sociedad de Mártires, Andrius preguntó: "Noir, ¿cómo está la Sociedad de Mártires ahora? ¿Están avanzando sin problemas?".

"Sí. Todo progresa bien", dijo Noir.

"Después de que el dinero de Anthony Henderson fue transferido a su cuenta, la sociedad se encargó bien de la familia de todos los soldados fallecidos. Además, ahora que tienen dinero adicional, han hecho algunas inversiones y han conseguido un buen retorno. A partir de ahora pueden operar de forma independiente".

Andrius suspiró aliviado al recibir la confirmación de Noir.

"Solo espero que los soldados de nuestro país no necesiten de eso".

Los soldados sacrificados eran hombres valientes que habían defendido a su país. Ninguna familia quisiera que su hijo o su marido los abandonará para siempre solo para recibir la ayuda de la sociedad.

Hablando de la Sociedad de los Mártires, Andrius no visitó la sociedad desde que llegó a Sumeria. Planeaba sacar algo de tiempo para visitarlos.

"Noir, dona otros mil millones a la sociedad bajo mi nombre. Para que ayuden mejor a nuestros hermanos sacrificados", dijo Andrius después de pensarlo.

"¡Sí, señor!". Noir saludó solemnemente.

Solo el Rey Lobo podía donar fácilmente mil millones, y solo él se preocupaba más que nadie por los soldados.

Entonces Andrius salió del garaje y regresó a la oficina.

Cuando entró al vestíbulo, vio a Luna.

"¡Andrius!". Luna gritó cuando lo vio. "¿Por qué no estás en el trabajo? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no te quedas en el trabajo como los demás? ¡Estás perdiendo el tiempo! Debes tomarte este trabajo en serio. ¡No ignores lo que te digo!".

Era insistente mientras regañaba a Andrius por faltar al trabajo.

"Claro", dijo Andrius sin dudarlo.

"¡Estupendo!". Halle sonaba feliz. Añadió entusiasmada: "Mi coche está en el este, a sesenta metros de la entrada de tu oficina. Ven aquí".

Le preocupaba que Luna les viera juntos, así que se estacionó un poco más lejos.

"Espera. Ya voy".

Andrius paró de escanear la moto eléctrica de alquiler y se dirigió al Lamborghini que estaba más lejos.

Poco después, Luna salió del edificio. Miró a su alrededor por costumbre y vio de lejos a un hombre que subía a un Lamborghini.

"Qué…?".

Luna estaba sorprendida porque el hombre se parecía a Andrius y el coche de su mejor amiga era también un Lamborghini.