La Esposa de Lobo romance Capítulo 278

”No te preocupes por esto. Al abuelo se le ocurrió una solución”, añadió Luna.

“Oh”, respondió simplemente Andrius antes de regresar a su habitación para dormir.

Mientras esto pasaba, Marcus y Severus también recibieron las noticias. Como los líderes de la ciudad, es obvio que conocían la razón por la que Idris estaba en Sumeria.

Ellos se reunieron después del trabajo.

“Los Crestfall de la capital de verdad son audaces. ¿Cómo se atreven a armar un espectáculo en nuestra ciudad? ¿En serio creen que soy un inútil?”, rugió Marcus. “Severus, ¿qué crees que deberíamos hacer?”.

“¡Deberíamos atacarlos!”.

Andrius había sido arrestado por la policía tiempo atrás, lo que se había convertido en una mancha en la carrera de Severus. Él no podía permitir que volviera a ocurrir algo así.

¡La mejor manera de lidiar con un enemigo hostil era defendiéndose!

“No necesitan interferir”. Noir apareció de la nada y explicó: “El Rey Lobo lidiará con esto por su cuenta. Solo necesitan estar a la espera”.

“Entendido”.

Tanto el alcalde como el gobernador militar asintieron a la vez.

Después de que Noir se fue, ambos reunieron a sus hombres y comenzaron con las preparaciones. Marcus tenía a los guardias de la ciudad y Severus tenía a sus soldados.

La noche estuvo inquieta una vez más en lo que varias facciones comenzaron a hacer sus movimientos.

El siguiente día, Sumeria amaneció con una serie de eventos explosivos.

En la plaza de la ciudad, que estaba llena de gente todos los días, había una gran tienda que había sido levantada por orden de Idris. Era tan grande que cubría toda la plaza de extremo a extremo.

Había decoraciones funerarias por todos lados, y una melodía triste estaba siendo tocada.

El cuerpo de Valentín Marchito estaba en un ataúd en el centro de todo. Detrás suyo estaba su foto en blanco y negro, lo que le daba una apariencia inquietante.

Los Crestfall de la capital estaban usando atuendos funerarios oficiales en lo que formaban filas a ambos lados de la entrada, como pinos plantados en una misma línea.

Idris se levantó de su asiento en el frente.

¡Por fin comenzaría!

Todos pensaron lo mismo.

¡Plas! ¡Plas! ¡Plas!

Idris aplaudió tres veces sin decir nada.

¡Fiu!

Después de los aplausos, los sirvientes de los Crestfall llevaron más ataúdes al lugar.

La gran cantidad de ataúdes era espeluznante.