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Sonia estaba echando humo mientras bramaba: “¡Peter Carmine, deja de ser un bravucón! Sumeria no es tu patio trasero para que hagas lo que se te dé la gana”.
“Ja, ja, ja…”.
Como un rico de segunda generación de la capital, Peter asumió que su estatus era superior al de los demás, por lo que no tenía interés en los dignatarios de Sumeria, ni siquiera en los Timberland, que eran una de las tres grandes familias.
“No quiero perder mi tiempo contigo. Te estaré esperando en el Complejo Nebulosa. Si tienes el valor, entonces ven a buscarme”.
Una pizca de maldad apareció en la expresión burlona que le dirigió a Sonia.
Después de esto, él quiso salir del café.
Andrius, quien había estado callado durante toda la conversación, finalmente habló: “Yo tampoco quiero que me hagas perder el tiempo. Si nos devuelves el Complejo Nebulosa, todavía podremos hacer negocios. Puedo hacer como que nada de esto pasó y ya. Pero si insistes en no devolverlo, entonces tú y toda tu familia sufrirán las consecuencias y pagarán un alto precio”.
Peter se rio en voz alta ante estas palabras. Incluso los guardaespaldas detrás de Peter carcajearon juntos.
Después de reírse, Peter miró a Andrius con desprecio. “¿Quién carajos eres? ¿De dónde saliste? ¿Por qué estás metiendo tus narices en nuestros asuntos, metiche?”.
“Soy Andrius Moonshade”.
“Nunca he escuchado ese nombre”. Peter lo miró con desprecio y continuó: “Mírate. Si tienes tiempo, ve a dormir debajo de un puente o algo. No causes problemas en este lugar”.
Tras esto, Peter salió con sus guardaespaldas del café.
Mientras los veía irse, Sonia preguntó confundida: “Señor Moonshade, ¿por qué no los detuvo?”.
“No hay prisa”, dijo Andrius en un tono que implicaba algo. “Las familias de la capital son ricas, mucho más que las compañías acá en Sumeria. Déjalos ir por ahora, yo me encargaré de hacer que lo suelten todo junto con los intereses que me deben”.
Sonia tuvo una epifanía repentina. Ella por fin se dio cuenta de por qué Andrius no se había deshecho de los Miller y los Crestfall de la capital de inmediato.
¡Él quería hacerlo a largo plazo!
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