La Esposa de Lobo romance Capítulo 308

Luna sonrió. Le alegraba pensar en ello.

Los recién graduados de la universidad por lo general tenían muchas esperanzas en el futuro. Eran apasionados, ambiciosos y enérgicos.

Sin insistir más, Luna dijo: “Es bueno que quieras salir al mundo y probar tu suerte, pero yo estoy muy ocupada ahora y no puedo dejar la oficina. ¿Por qué no le pides a tu primo político que te lleve a dar una vuelta? Al menos así no tendrás que preocuparte de que te engañen”.

¿Primo político?

Rainbow pensó de inmediato en Andrius y Noir. Ella todavía tenía la foto de Noir en su teléfono.

Ella asintió con alegría.

“¡Sí! ¡Por supuesto!”.

Luna entonces llamó a Andrius y le preguntó: “Andrius, ¿en dónde estás?”.

“Estoy… bebiendo. ¿Pasa algo?”.

Andrius estaba en su bicicleta eléctrica, yendo hacia el garaje de Noir para beber unos cuantos tragos.

“¿Por qué bebes a esta hora? Para con eso”. Luna suspiró con resignación. “Rainbow está aquí y quiere que la ayude a encontrar trabajo. Quiero que tomes mi lugar y la lleves por la ciudad”.

Andrius se vio forzado entonces a dar una vuelta en U para regresar a la Corporación Luna Nueva.

Rainbow ya estaba esperando afuera del edificio cuando Andrius llegó.

Como en la bicicleta eléctrica no cabían dos personas, Andrius llamó a un taxi.

Mientras esperaban por el taxi, Andrius preguntó: “Rainbow, ¿a dónde vas para que te entrevisten?”.

“¡Empresa Celeste!”, dijo Rainbow sin pensarlo dos veces.

“¿Oh?”. Andrius no esperaba que la chica prefiriera a Empresa Celeste por encima de las otras compañías. Curioso sobre la rápida decisión de la mujer, él preguntó: “Empresa Celeste es una compañía recién fundada. ¿Por qué vas con ellos?”.

“Porque…”. Rainbow de repente parecía misteriosa antes de continuar: “Escuché que Empresa Celeste tiene un fuerte apoyo militar y que su jefe secreto puede ser el Rey Lobo”.

“¿Crees que podré conocer al Rey Lobo si trabajo ahí? ¡Sería muy suertuda si pudiera!”. Rainbow cerró los ojos. Se veía enamorada mientras hablaba del Rey Lobo.

“Ah, qué emocionante”.

Andrius no pudo evitar que sus labios se crisparan.

A juzgar por el enamoramiento de la chica, si le decía que él era el Rey Lobo, ella podría terminar saltando a su alrededor por la emoción o incluso bailar en su lugar.