La Esposa de Lobo romance Capítulo 309

Mientras esto ocurría, en la sala de juntas, el entrevistador y reclutador, Javier Rosstrum, empujó la hoja de vida de regresó hacia la entrevistada y le dijo: “Jess, te falta experiencia laboral, pero Empresa Celeste le da prioridad a las habilidades personales. Me pregunto si tienes alguna habilidad destacable”.

La entrevistada, Jess, pensó en silencio por un momento antes de negar con la cabeza. “Me acabo de graduar. ¿Qué tipo de habilidades está buscando?”.

“Una recién graduada, ¿eh…?”. Javier suspiró con pena y estiró la mano por encima de la mesa para tomar la de Jess. “Entonces, me gustaría saber lo lejos que estarías dispuesta a llegar. ¿Qué hay de tu sinceridad?”.

¿Sinceridad?

A Jess solo le bastó ver la expresión pervertida de Javier para saber lo que estaba pasando. Ella bajó la mirada, pero movió la mano hacia adelante y dijo con timidez. “¿Qué tipo de sinceridad?”.

“Qué tipo de sinceridad…”.

Javier tocó la mano de la mujer mientras su lujuria se salía de control.

¡Era suave! ¡Era delicada! ¡Era el sabor de la juventud!

¡Bam!

Fue entonces que Andrius abrió la puerta de una patada y entró con furia en la sala de juntas.

Era la primera vez de Jess, por lo que estaba nerviosa. Cuando Andrius irrumpió, ella retiró inmediatamente la mano.

Javier estaba furioso. Casi la tenía, pero había sido interrumpido.

“¿Quién carajos eres tú? ¿Qué haces aquí?”.

Rainbow estaba detrás de Andrius, por lo que Javier no la vio en un principio. Por esto enfocó su ira en Andrius.

“¿Es él?”, le preguntó Andrius a Rainbow, ignorando a Javier.

Rainbow le dio un vistazo al hombre y asintió con la cabeza.

Fue entonces que Javier vio a Rainbow. Entrecerró los ojos mientras varios pensamientos inundaban su mente.

“¿El señor Javier Rosstrum?”.

Andrius miró la etiqueta con el nombre en su pecho y dijo sin dudarlo: “Has abusado de tu posición y acosado a una entrevistada. Será mejor que renuncies por tu cuenta. La compañía no necesita a una basura como tú”.

Javier no tenía miedo de las amenazas de Andrius, por lo que sonrió con maldad y dirigió su atención a Rainbow.

Él dijo con frivolidad: “Eres Rainbow Conery, ¿verdad? Eres la que intentó seducirme para obtener la posición, ¡pero como soy alguien serio, te rechacé! ¿Regresaste a pesar de que te rechacé para la posición? Tú…”.

“¿Está llorando ahora que fue expuesta?”.

“Qué p*rra”.

“Ella es buena”.

Los empleados no tuvieron piedad ni siquiera después de hacer llorar a Rainbow.

Rainbow lloraba a gritos mientras la injusticia la ahogaba.

“No pasa nada”. Andrius le dio palmadas en la espalda y la consoló: “Haré justicia por ti. Este m*ldito miserable no puede huir”.

Él entonces se acercó a Javier. Estaba realmente enojado después de lo que este le había hecho a Rainbow.

Sus ojos entrecerrados lo miraban con una frialdad que sería capaz de aterrorizar el corazón de cualquiera.

El corazón de Javier se saltó un latido, pero tampoco era un blanco fácil. Él rugió: “¡Seguridad! ¿Dónde está la seguridad? ¡Saquen a estos buscapleitos del edificio!”.

Alguien entró en la sala de juntas.