La Esposa de Lobo romance Capítulo 318

Luna miró los números del contrato. Tras ver también la firma de Sonia y el sello oficial de Empresa Celeste, se quedó boquiabierta.

En solo unas horas, ¡el Gordo Frank y Andrius habían conseguido una inversión de Empresa Celeste! ¡Una inversión de mil millones de dólares!

¡Era increíble!

Parecía un sueño.

“¡Es falso! ¡El contrato es falso!”.

Harman se rehusaba a creerlo. Él miró a Andrius y al Gordo Frank con sospecha y luego se burló: “¡Estos dos debieron falsificar el contrato! ¡No hay otra explicación! ¿Por qué Empresa Celeste accedería a invertir en nuestra compañía después de su visita?”.

Los otros ejecutivos no tardaron en concordar con sus declaraciones.

“Así es. ¡El contrato es falso!”.

“Empresa Celeste no es la compañía de su padre, entonces, ¿por qué invertirían en nuestra compañía?”.

“Eso. ¡Debe ser falso!”.

“¡¿Falsificaron un contrato?! ¡La Corporación Luna Nueva no es un lugar para gente como ustedes!”.

Los ejecutivos se inventaron todo tipo de excusas para criticar a Andrius y al Gordo Frank.

“Señorita Crestfall…”.

Fue entonces que Danni, la secretaria de Luna, entró en la sala de juntas. “La secretaria de la directora ejecutiva de Empresa Celeste está aquí”.

¿La secretaria de la directora ejecutiva?

La sala de juntas se quedó en silencio. Aunque era solo una secretaria, esta persona debía estar ahí por órdenes de la directora ejecutiva. Era como un mensajero entregando una declaración real.

“¡Luna!”.

Tan pronto Danni entregó su mensaje, una voz feliz sonó desde afuera de la sala.

Una joven hermosa entró. Se trataba de Rainbow.

El procedimiento para la transferencia de fondos era sencillo. Se trataba simplemente de confirmar si el dinero había sido transferido.

Después de obtener una respuesta firme de Luna, Rainbow se fue a darle la noticia a Sonia.

“Ahora…”. Andrius miró a Harman y a los demás con una sonrisa.

“Tch”. Harman se mantuvo desdeñoso mientras decía: “La inversión fue posible por la prima de la señorita Crestfall. ¡No tuvo nada que ver contigo! ¡Deja de actuar!”.

“¡Así es! Con la señorita Crestfall de nuestro lado, cualquiera habría podido obtener la inversión”.

“¿En serio crees que nos conseguiste un gran trato?”.

“¡Eso! Si fuera tú, me callaría”.

Los ejecutivos expresaron su desdén, pero no dijeron nada sobre la reducción de salario.

“Entonces…”. La sonrisa de Andrius se amplió y su expresión se volvió más fría. “¿Se han olvidado de nuestra apuesta?”.