Resumo de Capítulo 322 – Capítulo essencial de La Esposa de Lobo por Internet
O capítulo Capítulo 322 é um dos momentos mais intensos da obra La Esposa de Lobo, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Urbano, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
De los ojos de Angel rebosaba rencor e ira. “Cuando llegamos acá, estos extranjeros borrachos golpearon el coche de Frank”.
“Intentamos razonar con ellos, pero fueron groseros y arrogantes y se negaron a hablar. Como nos ganan en números, ellos…”.
“Entiendo”, dijo Andrius. Él entonces se dio la vuelta para mirar a los extranjeros con frialdad. Estaba enojado.
Los soldados habían puesto sus vidas en juego para proteger a su gente y a su país, pero estos extranjeros los intimidaban en su propio territorio. Él sería el que lidiaría con estos ignorantes.
“Ustedes…”. Andrius entrecerró los ojos mientras decía con frialdad: “¿Por qué conducen cuando están tomando? ¿Por qué golpearon a mis colegas? ¿Por qué rompen las leyes de Florencia?”.
“Tch…”. El líder de los extranjeros, un hombre rubio, dijo frívolamente: “No soy de Florencia, así que sus leyes no aplican para mí. Ya que estás aquí, deberías pagarnos por los daños a nuestro coche”.
El rubio sonrió y continuó con arrogancia: “Llámame ‘papi’ tres veces y te dejaré ir. Recuerda, ‘papi’ tres veces. Arrodíllate…”.
Andrius estaba furioso.
Los extranjeros se habían pasado de la raya y necesitaban que les dieran una lección.
¡Paf!
Antes de que el rubio pudiera terminar de hablar, Andrius lo abofeteó en la cara.
La poderosa bofetada no solo hizo callar al rubio, sino que también lo hizo volar girando en el aire antes de hacerlo atravesar la pared detrás suyo.
¡Bam!
Él cayó y rompió una mesa y las sillas a su alrededor.
“¡Aaaaah!”.
¡El rubio era el hijo de Dean Mitchell!
¡El mundo era realmente pequeño!
Tanto Andrius como el Gordo Frank, Angel y el resto del Equipo Cinco cerraron sus puños con fuerza.
“¿El hijo estúpido de Dean Mitchell?”. Andrius sonrió, mostrando sus dientes blancos con su presencia fría. “Genial, lidiaré con esto de una vez por todas”.
Él entonces agarró a Louis del cabello y lo arrastró al inodoro.
Andrius metió a Louis a la fuerza a un cubículo cuyo inodoro tenía un regalo que había dejado el usuario anterior. Con una sonrisa, Andrius metió la cabeza de Louis en la taza de este inodoro.
Como era alguien muy preciso, al Rey Lobo se le hizo fácil apuntar la boca de Louis hacia el regalo todavía caliente en la taza del inodoro.
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