Resumo de Capítulo 364 – Uma virada em La Esposa de Lobo de Internet
Capítulo 364 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de La Esposa de Lobo, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Urbano, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
El Rey Lobo le había faltado por completo el respeto no solo a Amadeus, sino también a Dax Wimbleton, el jefe de la zona de guerra sur.
Amadeus se enfureció tras escuchar el disparo y le preguntó en voz alta al Rey Lobo: “Rey Lobo, a pesar de que George fue un militar importante de la zona de guerra sur, lo mató así nada más. ¿No tiene…?”.
¡Pum!
A pesar de su ira y lo rápido que hablaba, no pudo terminar la frase antes de escuchar algo caer a través del teléfono.
George estaba muerto, por lo que el teléfono que sostenía cayó al suelo.
“¡M*erda!”, maldijo Amadeus en voz alta cuando escuchó el tono monótono del teléfono y golpeó la pared a su lado, lo que abrió un agujero en esta.
No importa cuántos agujeros hiciera en la pared, eso no le devolvería la vida a George ni resolvería el problema.
Amadeus llamó inmediatamente al jefe de la zona de guerra sur.
…
Mientras tanto en la estación de tren, la paciencia de Luna se había agotado y se puso más nerviosa.
Diferentes pensamientos inundaron su mente, la mayoría de los cuales eran preocupantes. Andrius había estado dentro de la zona de revisión por un tiempo y no había señales de que fuera a salir. Ella no podía esperar más.
Después de dudar, decidió hacer algunas llamadas para sacar a Andrius de la situación.
“No necesitas hacer eso”.
Andrius le tocó el hombro de repente.
“¡Tú!”. Luna suspiró con alivio y preguntó: “¿Qué pasó?”.
“Me dispararon en el pasado y había balas en mi cuerpo que no extraí que activaron el sistema de seguridad”. Tras inventarse una excusa, Andrius dijo: “Los guardias de seguridad pensaron que era un fugitivo, por eso se alarmaron. El resto es historia”.
El párpado de Luna tembló cuando escuchó a Andrius.
¿Balas en su cuerpo? ¿Qué tan doloroso debió ser recibirlas?
“Entonces…”.
Los labios de Luna se abrieron, pero cuando vio la mirada tranquila de Andrius, no salieron palabras de su boca.
Quería preguntarle sobre su cuerpo y cómo terminó con esas balas en su cuerpo, pero como el hombre estaba tan sereno, si insistía en preguntar, solo estaría abriendo sus viejas heridas y podría traerle recuerdos desagradables de su pasado.
Andrius simplemente escuchó en silencio.
“El plan original de mi abuela era hacer que mi madre se casara con un oficial militar cuya familia estaba firmemente establecida en el ejército para que la boda ayudara a la familia a recuperar su antigua gloria”.
“Pero mi madre insistió en casarse con mi padre, a quien mi abuela menospreciaba. Desde entonces, las dos familias cortaron sus lazos, y los Crestfall y Conery nunca se pusieron en contacto de nuevo hasta ahora…”.
Luna suspiró. Tenía una sonrisa en su rostro, pero había un atisbo de autoburla en ella. “Si no fuera por la relación entre la Corporación Luna Nueva y la Empresa Celeste, la cual se rumorea tiene apoyo de los militares, me temo que mi abuela nunca se habría puesto en contacto con nosotros hasta el día en que fuera enterrada”.
Andrius sonrió, pero no hizo comentario alguno. La explicación de Luna era similar a lo que Noir le había contado antes. Justo como le había contado Noir, entre más grande era una familia, más se enfocaba esta en los beneficios.
A Andrius no le gustaba esto. Prefería la amistad en el campo de batalla, en la que los hermanos de armas confiaban sus vidas unos a otros.
“Oh, cierto, ¿qué regalo le conseguiste a mi abuela?”, preguntó Luna, ya que estaban hablando de los Conery.
En vez de responderle, Andrius le preguntó: “¿Tu abuela se lastimó alguna vez cuando estaba con tu abuelo?”.
Luna pensó en esto por un momento antes de asentir.
Andrius entonces sonrió. “Debería estar bien, entonces. Creo que tu abuela amará el regalo que le preparé”.
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