La Esposa de Lobo romance Capítulo 370

Las palabras de Andrius conmocionaron a los Conery una vez más.

¿Arrodillarse y disculparse?

¿Arrodillarse delante de un pobre tipo de las montañas del oeste y disculparse por lo que le dijeron?

¡Qué vergüenza! ¡Era como despojarse de su orgullo y pisotearlo en el suelo!

Entonces, ya no podrían levantar la cabeza con orgullo en todo Río Este

“¡Andrius Moonshade, no seas ridículo!”. Alec echaba humo de la rabia. Señaló a Andrius y rugió: “¡Te llamamos para que ayudes a mi madre porque te respetamos! ¡No tientes a tu suerte!”.

Susan concordó: “¡Andrius Moonshade! ¡Eres un desagradecido con el respeto que te mostramos! ¡No te creas la gran cosa!”.

“¡Andrius! ¿Quién te crees que eres? ¡¿Estás tratando de ser arrogante frente a nosotros?!”.

“¿En serio te crees tan importante, Andrius Moonshade? ¡Cállate y ayuda a mi abuela!”.

Los Conery habían perdido la cabeza.

Sin embargo, Andrius no estaba de humor para sus tonterías, así que sonrió con frialdad y dijo: “Un minuto. Si no se arrodillan y se disculpan en un minuto, me iré de inmediato. No quiero perder mi tiempo con gente como ustedes”.

Su actitud gélida avivó aún más la ira de los Conery.

Rainbow tuvo el impulso de revelar la verdadera identidad de Andrius para demostrarle a su familia lo tontos que eran al ofender al gran Rey Lobo, pero Andrius estaba enojado con ellos, y ella no tenía el valor para hacerlo. Se levantó y se preparó para suplicar en nombre de su familia.

“¡Alec Conery!”.

Todos se disculparon a regañadientes.

Andrius sabía que los Conery tenían prejuicios contra él, así que tampoco esperaba que fueran más sinceros.

Se acercó a la cama de Jane; los demás le siguieron, incluido el doctor York.

El doctor York quería ver cómo el joven que había elaborado y refinado la píldora de la longevidad ayudaría a la dama Montecarlo.

Andrius le tomó el pulso a Jane. Luego, le abrió el párpado. A continuación, presionó múltiples puntos de acupuntura en el cuerpo de Jane, masajeándolos y pinchándolos. Sus dedos se movieron tan rápido que empezó a verse borroso.

“Esto es…”. El doctor York abrió los ojos como platos mientras miraba lo que ocurría y dijo con incredulidad: “¡Esta es la legendaria Técnica de Acupuntura Definitiva!”.